Sandra Russo

El tren

“No hay nada más triste que un tren inmóvil bajo la lluvia.” Ese micropoema de Neruda siempre se me quedó adherido a la memoria, quizá porque la imagen que trae a la cabeza es lo que golpea el recuerdo. Igual…

Propietarios

No es tan extraño que el primer cortocircuito grave del gobierno de Mauricio Macri en la ciudad haya estallado con los estudiantes, pese a que el área está a cargo de uno de los ministros con pasado más interesante de…

Reestatización

Esta semana el debate por Aerolíneas Argentinas promete comerse las noticias de la política nacional. Los ruralistas intentarán retener la atención mediática con nuevas arremetidas de protesta, pese a su publicitadísima victoria, que consistió en la derrota del proyecto oficialista.…

A la carga, mis no valientes

Ayer mucha gente preguntaba: ¿se va por muchas horas? ¿Tardará mucho Lugo en asumir? ¿No se quedará a la cena, no? Una consecuencia más, este viaje de la Presidenta, de todo lo que le dicta el corazón a Cobos: un…

Control y descontrol

Hay un discurso viejo como los trapos, precisamente un discurso-trapo que sirve para tirar sobre la mesa en cualquier circunstancia que la derecha considere conveniente. Es el que se articula sobre un doble rechazo: el rechazo al control y el…

El hogar del oso Pando

“¡Yo puedo no estar de acuerdo con un periodista, pero no me voy a ir a las manos!”, decía Cecilia Pando, promediando el 2006, en una entrevista concedida a Para Ti, después de que en el acto organizado por la…

La torta y el falso consenso

La irrupción masiva de la idea de la redistribución de la riqueza no empezó con la Resolución 125. Empezó bastante antes. Promediaba el gobierno anterior y se decía, en los ámbitos progresistas, que innegablemente se había avanzado mucho en materia…

Confrontación

La palabra anda por las bocas y los editoriales de algunos grandes medios, y a fuerza de ser repetida cobra cuerpo y se hace discurso. Ese discurso se acopla con otro, o mejor dicho, se casa con él: es el…

La yegua y el montañista

En el banco, frente a las ventanillas, había tres colas y ninguna era muy larga, pero la de la izquierda estaba casi desierta. Era la que estaba disponible para los clientes VIP. Llegué y leí los tres letreros: VIP, Personas…

Santuario

Tengo que hablar con mi diariero, porque este sábado, sin que nadie se lo pidiera, tiró abajo de mi puerta La Nación y me amargó la mañana. De no haber sido por eso, me hubiese ahorrado leer, en la página…