Hola Sandra. Me conmoví con esta nota, está historia. la de Czeslawa en Pagina. Tal es así que me puse a leerla en voz alta a mi mujer mientras ella ultimaba los detalles de la comida del mediodía. A medida que avanzaba en el relato sentí que la angustia me cerraba la garganta. Cuando ese oficial nazi le golpea la boca, me imaginé, imaginamos a la inocente figura de la niña levantándose, limpiándose la boca de esa sangre ya inútil. De su miedo, de su fragilidad, de su inocencia desubicada. Lloramos sin llegar al final porque el dolor no nos permitía seguir. Almorzamos en silencio sabiendo q te tenemos como amiga y q siempre nos llegas al alma.
Como siempre Sandra, brillante, por lo único que me gustaría ser empresaria sería para ponerte en la tele, sos una necesidad para seguir «destruyendo hoteles»
Hola Sandra. Me conmoví con esta nota, está historia. la de Czeslawa en Pagina. Tal es así que me puse a leerla en voz alta a mi mujer mientras ella ultimaba los detalles de la comida del mediodía. A medida que avanzaba en el relato sentí que la angustia me cerraba la garganta. Cuando ese oficial nazi le golpea la boca, me imaginé, imaginamos a la inocente figura de la niña levantándose, limpiándose la boca de esa sangre ya inútil. De su miedo, de su fragilidad, de su inocencia desubicada. Lloramos sin llegar al final porque el dolor no nos permitía seguir. Almorzamos en silencio sabiendo q te tenemos como amiga y q siempre nos llegas al alma.
Como siempre Sandra, brillante, por lo único que me gustaría ser empresaria sería para ponerte en la tele, sos una necesidad para seguir «destruyendo hoteles»