En estos días

El 17, el 18, habla Alberto, no, va a estar Cristina, ah, si no está Cristina yo no voy, este funcionario es nuestro, no, esa funcionaria es de ellos, los intendentes no apoyaron, ella deja que él se incinere solo, no, mientras ella esté avala y respalda, sí, pero ojo, hay un grupo que la quiere aislar, qué la va a aislar, ellos dos no se hablan, sí que se hablan, Clarín quiere que rompan, pero si rompen qué queda: mirá lo que quedó, por eso Clarín quiere que rompan, para comérselo crudo, qué joda, pero nos comen crudos a todos.

A pesar de que el FdT vibra con el sonsonete de mil versiones cruzadas y tensiones imposibles de obviar, perdonen que sea optimista.

Perdonen que perciba que salvo los que ya eran jodidos antes y nunca la quisieron, todos pequeños y sin relieve, acá hubo y hay una toma de conciencia colectiva de que los únicos que podemos estar juntos para el bienestar del pueblo somos los de este lado, y de esa conciencia no depende un cargo, no depende una fuerza política ni el ego satisfecho de nadie. Depende el país, entero, el país como nación, este país que es defectuoso pero al compás de nuestros propios defectos. Este país nunca será mejor de lo que es si no hacemos el esfuerzo de ser mejores esta vez.

Perdonen el discreto optimismo de percibir que no han hundido el tramontina en lo profundo, sino en la epidermis ya lastimada por los desastres que tenemos encima, las dos pandemias y esta manga de ignorantes que mienten a destajo y hasta con ganas, porque son vampiros de nuestra sangre, sí, pero nuestra sangre es apenas un medio para obtener lo que desean de verdad: todo, todos los recursos, los patrimonios materiales y simbólicos, el ansia de rebelión en serio y no esa farsa de varieté que hacen pasar por rebeldía.

Tanta hijadeputez merece que reaccionemos chillones pero certeros en la idea fija de no perder a nadie en el camino. Hasta hemos encontrado la forma de no estar autoamordazados y decir lo que queremos de una manera que no pone en duda ni el riesgo la unidad necesaria.

De ella, de Cristina, hemos aprendido el largo alcance de los sueños cumplidos pero también la mente fría para las estrategias. Perdonen mi optimismo, pero prefiero alimentar esa fuente de esperanza que cruzarme de brazos a ver cómo se nos va la última chance de que nuestros hijos tengan el futuro en su país.

Que no nos rompan, que no nos confundan y que no nos saqueen depende exclusivamente, hoy, de esta comprensión histórica a la que nos invitó Néstor. Que no nos saquen de eje. El Frente es de Todos y nació para contenernos en estos tiempos duros de fricciones y contradicciones. Antes de darle el voto el noviembre, es necesario renovar el voto de confianza. Es un gesto ciclópeo en un país que todavía no responde a los que tienen el estómago vacío. Es un gesto ciclópeo en un gobierno que a veces parece ir en cámara lenta ante el dolor que se huele en las bases. Es un gesto ciclópeo mientras hay presos políticos. Pero si nos dejamos llevar por el canto de las sirenas psicóticas de la política y la prensa canalla, habrán ganado ellos y habremos perdido hasta la posibilidad de intentarlo. Criticar, protestar, exigir, sí, imposible no hacerlo. Pero dejando constancia explícita de que no nos comemos la curva y no abandonamos nuestra herramienta electoral para que la hagan bolsa.
Falta poco y es hora de decir cosas como éstas. Para quedar en paz con la percepción intensa de que los pueblos son capaces de salvarse a sí mismos, pero solamente cuando aprenden contra quién es la verdadera pelea.