Ayer la Argentina votó en contra de que Palestina sea miembro pleno de la ONU. Mientras en las universidades norteamericanas y europeas los estudiantes son reprimidos por pedir que termine el feroz e ilegal ataque de Israel sobre Gaza, la Argentina, geopolíticamente, se arrastra para merecer aunque sea un poco de inseguridad nacional por un alineamiento estúpido.
Un hilo oscuro entrelaza la visión del mundo de Milei y su apéndice Mondino, con las infernales desdichas que ya sufre el pueblo argentino y con las que sobrevendrán, mucho más graves.
Milei está narcotizado consigo mismo. Pero no menos narcotizados están los que no lo ven. Los desgraciados que contra toda evidencia de la realidad efectiva, siguen esperando el derrame y encima lo dicen como “con dignidad”. Como si los que vemos al rey en pelotas fuéramos aspirantes a ser ñoquis o chorros.
A los chorros los tienen delante, adentro, introyectados. La internacional reaccionaria, como dice Pisarello, es la comparsa que atrás tiene a los dueños de la vaca atada. Con la particularidad de que esta vez el lote de poderosos viene perverso, delirante, colonialista, criminal.
La internacional reaccionaria no condena a Israel por sus crímenes de guerra porque como hace con todos los genocidios, los niega. Como Milei niega al pueblo argentino. Como niega al pueblo palestino. Como niega la misma existencia de algo llamado pueblo. Para Milei nosotros podemos ser palestinos en cuanto se le ocurra. Maldito el que le vote facultades delegadas.