El 8 de enero de 2025 un legislador del partido de Javier Milei propuso el asesinato del presidente de la República Bolivariana de Venezuela. En forma desembozada, el diputado oficialista Ramiro Marra señaló que “Si alguien lo tiene que matar, capaz lo tienen que matar».
Un mes antes, el 8 de diciembre de 2024, el cabo primero de la gendarmería argentina Nahuel Agustín Gallo, de 33 años, que reviste en la sede del Escuadrón 27 de Uspallata, ingresó a Venezuela a través del Puente Internacional Francisco de Paula Santander. Para llegar a la República Bolivariana, cruzó primero los Andes a través del Paso del Cristo Redentor que sirve de frontera entre Chile y Argentina. Luego abordó un avión de Avianca desde el Aeropuerto Internacional Arturo Merino, en Santiago, con destino al Aeropuerto Camilo Daza, en Cúcuta, situado en una de las zonas más violentas de Colombia, en el Departamento Norte de Santander, donde las bandas paramilitares opuestas al chavismo abundan.
Desde ahí pretendía llegar a Puerto La Cruz, Estado de Anzoátegui, ubicado a 1156 kilómetros de distancia, residencia de su (supuesta) pareja, María Alexandra Gómez García. A pesar de que Gallo fue detenido en un taxi, las informaciones provistas por sus anfitriones no permite develar si el periplo frustrado hacia Anzoátegui estaba previsto para ser realizado en formato terrestre o aéreo.
¿Por qué el gendarme hizo todo ese periplo en vez de trasladarse en forma directa a Venezuela? ¿Por qué desembolsó casi el doble de dinero por pasajes aéreos y terrestres cuando podría haber viajado de forma directa a Caracas por un monto menor?
María Alexandra Gómez García –a quien el gendarme rotula como su actual pareja–, se presentó el 22 de noviembre de 2024 en el Ente Autónomo de Registros y Notarías, para dejar constancia del próximo ingreso de Nahuel Gallo. En dicha petición, Gómez García olvidó establecer la situación de revista de Gallo, dato indispensable para otorgarle fiabilidad a la solicitud correspondiente. El haber ocultado su adscripción, siendo un miembro activo de una fuerza de seguridad extranjera –visiblemente hostil hacia la República Bolivariana–, hizo más sospechoso el intento de ingreso, justo en las semanas previas a la asunción presidencial.
Su presencia en el Puente Francisco de Paula Santander el 8 de diciembre, cuando fue detenido, se enmarca de forma inescindible del injerencista rol de la Casa Rosada respecto al Palacio Miraflores. Algunos de los acontecimientos precedentes de la detención se vinculan con:
- La detención injustificada detención de aeronavegantes luego de ser incautado el Boeing 747-300 de la empresa venezolana EMTRASUR;
- la confiscación del Boeing 747-300 por parte de las autoridades argentinas;
- su posterior sustracción y envío a los Estados Unidos;
- la protección de opositores acusados de graves delitos contra las leyes venezolanas –hoy asilados en la delegación argentina–;
- la amenaza por parte de Patricia Bullrich de enviar gendarmes a Venezuela comunicada a ante la prensa el 27 de marzo de 2024. En aquella oportunidad, en el marco de sus acostumbradas bravuconadas, señaló que «Argentina protegerá a todo opositor».
- El reconocimiento como mandatario electo –en agosto de 2024– de Edmundo González como nueva versión de Juan Guaidó.
- los continuos insultos del Presidente Milei a Nicolás Maduro.
Puentes y fronteras

Carta de invitación donde se omite la profesión del invitado y se consigna un ingreso fronterizo diferente al realizado
¿Por qué María Alexandra Gómez García escondió la profesión de gendarme de Nahuel Gallo, en la solicitud de ingreso a Venezuela?
En la solicitud, Gómez García señala que el ingreso del gendarme se realizaría el día 7 de diciembre de 2024 a través del concurrido Puente Simón Bolívar. Sin embargo, Gallo se presentó a 14 kilómetros de ese paso limítrofe, solicitando su ingreso en la aduana correspondiente al Puente Francisco de Paula Santander. Según trascendidos de la Policía Migratoria, el hecho del cambio decidido a último momento por Gallo incrementó las sospechas.
¿Por qué en la Carta de Invitación se consigna que ingresaría por un puesto fronterizo que el gendarme modificó a último momento?
Quizás las respuestas se relacionen con las características de cada paso fronterizo. Según un periodista bogotano que hace un seguimiento de grupos antichavistas –que solicitó el anonimato– el gendarme Gallo habría mantenido contactos con integrantes de la organización “Venezolanos en Colombia”, que se caracterizan por cumplimentar una doble oposición política: por un lado, contra Gustavo Petro y, en forma superpuesta, contra Nicolás Maduro.
Los “Venezolanos en Colombia” han sido coorganizadores del fracasado festival de febrero de 2019, con el que la oposición venezolana intentó generar un golpe militar. En aquella ocasión, la seguridad del festival fue asumida por Los Rastrojos, el grupo narco-paramilitar que tiene presencia en la frontera con Táchira, responsable de sabotear al chavismo, monopolizar el tráfico de armas, hurtar petróleo del oleoducto de Caño Limón-Coveñas y controlar la trata de personas. Los máximos referentes de Los Rastrojos fueron los encargados de la seguridad de Juan Guaidó en Cúcuta en 2019 y manejaron –hasta la llegada de Gustavo Petro– los sabotajes y los ataques de falsa bandera, con el objetivo de desprestigiar a las fuerzas de seguridad venezolanas. Las evidencias que desnudaron los vínculos entre el antichavismo y Los Rastrojos fueron difundidas por Wilfredo Cañizares, presidente de la Fundación Progresar, organización dedicada a registrar la acción de los grupos irregulares colombianos en Norte de Santander. El 23 de febrero de 2019, Juan Guaidó cruzó la frontera de Venezuela hasta Colombia con la protección paramilitar de los máximos líderes de Los Rastrojos. Ese día se obtuvieron esas fotos del autoproclamado mandatario Guaidó junto a Jon Jairo Durán Contreras, alias El Menor, y a Alberto Lobo Quintero, alias el Brother Armado. Ambos se encuentran detenidos en cárceles colombianas.

Guaidó, antecesor de Edmundo González, junto a El Menor y a Brother Armado
Es probable, afirman en Táchira, que Gallo haya contado con alguna promesa de contacto y salvoconducto que lo llevó a modificar a último momento su tránsito migratorio. De hecho, estos mismos “consejeros” se constituyeron en aquellos que entregaron información sobre el gendarme a la experimentada sección de frontera de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) que monitoreó el interrogatorio inicial del gendarme.
Las inmediaciones de Táchira son, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDOC), una de las zonas con mayor concentración de cultivos ilícitos y la región donde permanentemente se intenta comerciar armamento. Para mediados del 2021, el departamento de Norte de Santander fue catalogado como el que poseía la mayor área de coca sembrada en el país, con 40.084 hectáreas.
¿Por qué el gendarme Gallo intentó ingresar en Venezuela por el paso más contaminado por el narcotráfico y las bandas paramilitares colombianas, cambiando a última ahora lo consignado por sus anfitriones? ¿Por qué decidió ingresar por la región más “caliente” de Colombia?
Voces en el gallinero

Las críticas llevadas a cabo por la vicepresidenta de Argentina Victoria Villarruel a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich en relación con su falta de criterio para autorizar el viaje de Gallo parecen ser bastante elocuentes.
¿Por qué la vicepresidenta argentina Victoria Villarruel cuestionó a la ministra de seguridad Patricia Bullrich?
¿Acaso por su irresponsabilidad relativa a comprometer a un gendarme en una operación para enturbiar la asunción de Maduro el 10 de enero de 2025?
Una vez conocido el paradero de Gallo, la madre logró –gracias a la mediación humanitaria del exembajador argentino en Venezuela, Oscar Laborde– hacerle llegar una carta. En la misiva, consigna que “tu hijo Víctor y tu pareja están bien”. Y al final de la misma agrega: “Te amamos mucho de parte de tu familia, tus hermanos, tu abuelo, tu mujer y tu amiga Juli”.
La epístola fue reproducida por varios medios, entre ellos Clarín, en el marco de una columna de la periodista Natasha Niebieskikwiat. Luego de su propagación, quedó en claro que el gendarme contaba con su pareja en Mendoza y que el ardid de sus anfitriones de Anzoátegui aparecía como fraudulento. Ante esa evidencia, el canciller argentino Gerardo Werheim intentó cercenar la información enviando una Carta Documento al domicilio de la madre de la periodista –de 91 años– intimándola a que “cese de manera inmediata” con la difusión de toda información sobre el caso del gendarme.
¿Pretendió el canciller salvaguardar una coartada del gendarme Gallo por solicitud de la ministra de seguridad Patricia Bullrich?
Las incongruencias e incoherencias abundan en el caso del gendarme. Y todas ellas se articulan al injerencismo regional desembozado, planificado desde Washington, para ser operado por su actual marioneta doméstica, Javier Milei. Mientras tanto, en el sur del continente, el gobierno neoliberal fascista disfruta de su momentánea cortina de humo financiera, que no logra ocultar la recesión, la caída del PBI y el empobrecimiento de las mayorías populares.
Se comenta en toda América Latina y el Caribe que –pese a las intentonas escuálidas– el Gallo que cantará el 10 de enero será el Pinto. También llamado Nico, acompañado por unas Fuerzas Armadas Bolivarianas leales a la Soberanía Popular.