Osvaldo en Profecía

Rompé lo que quieras. Tirame abajo desde la profundidad de tu impotencia convertida en odio. Arrancá lo que quieras con tus uñas de oro, sucias de desagüe y niebla. No Te va a alcanzar la desesperación para enfrentar la imagen de lo que fui. Ya soy tu fantasma, aunque insistas en impugnar las piedritas de emancipación que puse en cada letra. Nota de Jorge Elbaum.

Rompé lo que quieras. Tirame abajo desde la profundidad de tu impotencia convertida en odio. Arrancá lo que quieras con tus uñas de oro, sucias de desagüe y niebla. No te va a alcanzar la desesperación para enfrentar la imagen de lo que fui. Ya soy tu fantasma, aunque insistas en impugnar las piedritas de emancipación que puse en cada letra. 

Te generó repulsión porque exhibo el amor en varias de sus formas y vos sos la náusea del tiempo materializado, la crueldad vestida de patíbulo.

Los vientos de la meseta patagónica no dejan de advertirte sobre la gran mancha de sudor que se esparce por la tierra donde viví. Esa superficie puede serte funesta. Es un suelo de silencios que trozan tu rostro. Un territorio que empieza a indagar la superficie por donde seccionar el espejo de tu risa mórbida. Ahí verás el gesto de las lombrices encargadas de acuchillar tu cielo. 

Nunca te descuartizarán un monumento con tu gesto. Simplemente porque nunca te construirán uno. Tus huellas marcarán la señal de Caín y girarán como cóndores frente a tu semblante. Serás presa de un futuro inmediato, azuzado por los vientos ancestrales de huelguistas que te gritarán consignas en la penumbra. La arcilla te tapará los ojos y una marcha de Madres te decretarán abismos.  

Te advierto que las heces del tiempo serán tu morada y te emparentarás con el minuto último de Jorge Rafael Videla: la tirria huracanada volcará su bilis en tus ojos y para cuando eso suceda, mi expresión ácrata silbará su eco solidario, cargado de generosidad, libertad y empatía. Ese sonido será, cual profecía, mi réplica y mi gesto más glorioso. 

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2 comentarios

  1. Estoy destruida desde que vi las imágenes de la destrucción del monumento al tremendo luchador Osvaldo Bayer. Su lucha es nuestra lucha!!!

  2. Salvando el nombre de Osvaldo Bayer. Las piedras que rompiste, la crueldad con la que rompiste cada letra, el odio en tus ojos, esa risa sarcástica, todo eso y mucho más, será el peso de tu sombra, el insoportable peso de tu sombra, golpeando la piedra, en el segundo qué estés a punto de morir o quizá mucho antes. Cuando los sueños te atormenten hasta el delirio mortal. Será el peso de cargar la masa el mismo que cargarás contra tì mismo. Sólo un suicidio y de un cobarde.

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