Peleo diariamente contra mi propio desencanto. No tengo derecho al desencanto. Ya soy grande, la vida pasa rápido. Es tiempo nada más, y pasa. Miro para atrás y observo, incluso con asombro, todos los laberintos y todas las paradojas en las que me interné a conciencia. Elegí la intensidad y la frontalidad o quizás ellas me eligieron porque nunca pude habitar en los ambientes climatizados.
Vivo en una región con un destino que parecía sellado y aún, si cedo al desencanto, lo parece. Basta ponerse a contar los obstáculos, los tentáculos, las trampas, las ambiciones, las traiciones, la torpeza, la confusión, el arrebato con el que tantxs tiran por la borda construcciones por los que tantxs otroxs dejaron lo mejor de sí o la vida entera.
Aguanto y cuento hasta diez o hasta mil, lo que haga falta, pero me hiere igual cuando escucho o leo que hay muchxs que tiran la toalla y haciéndolo muerden la manzana podrida de su propia perdición y la de millones y millones con los que tenemos una deuda tan profunda y lacerante que nos obliga a inteligir o por lo menos a sopesar qué pasa si cedemos al desencanto. Sí, las cosas no están como querría. No están en acción ni con capacidad de acción los que a mí me parece que lo harían mejor.
Sí, hay cuestiones que me rebelan y me enfurecen, y paso días de silencio y otros de palabras vomitadas y excesivas que quizá no sirvan para nada.
Pero es la deuda, no la externa, no la que se fugaron estos hijos del privilegio perenne y el escrúpulo invisible, sino la otra, la interna, la que nunca terminamos de saldar lo que me recuerda cada vez que enfurezco que no tengo derecho al desencanto porque enfrente está el fascismo y esta vez serán todo lo crueles que son, más que sus padres o sus abuelos o sus bisabuelos: nos harán arder a algunxs, pero a aquellxs que jamás sacaron la cabeza del barro se las pisaran hasta que no respiren.
No es una cuestión de valentía ni de obsecuencia ni de conformismo ni de resignación. Todo lo contrario. Es ser lo suficientemente inteligentes y sensatxs para estar ubicados en tiempo y espacio y saber dónde hay que estar y a quiénes apoyar aunque no nos colmen ni nos satisfagan. Se llamapolítica. Y la política tiene sus tiempos y sus contradicciones, pero enfrente no hay adversario, hay enemigo.
Están apuntando a los mejores, como siempre. Y los mejores, los más honestos y trabajadores, están haciendo un esfuerzo ciclópeo para que la nave se mantenga a flote. Que cual haga lo que le parezca. Por mi parte creo que en el medio del mar los que se tiran van a parar a la boca de los tiburones.
Trabajemos ese desencanto y démosle la forma de nuestra esperanza, como han hecho siempre los pueblos que vencieron. Ningún pueblo desencantado ganó nunca ninguna batalla.
Excelente!
Me encanto «tendencia al desencanto». Una enfermedad de (un sector) de la argentina progre
Bellísimo , por lo estremecedor .
Tu desencanto surge de quien no especula , no saca cuentas, no sopesa riesgos e inconveniencias.
Es lógico que estés desencantada Diste , desde tu lugar , todo por un proyecto político. Comprobaste dolorosamente que te hicieron poner la cabeza para que te la corten en la guillotina de la afrenta pública. Te arrojaron a la marginalidad de la periferia . Levantaste el teléfono y recibiste indiferencia .
Detrás de esa mujer integra , conceptualmente fuerte , late alguien necesitada de reconocimiento, afecto . La ponderación y distinción que recibiste en las redes , la esperabas de quienes toman decisiones . Pero te sacrificaron , ignorandote .
Nos la hicieron bien . A Cristina , por errores propios , y a nosotras , nosotros y nosotrxs con ella ,, le y nos armaron » la trampa de oso » , en la que inevitablemente caímos.
El lawfare fue construido, también por los ahora propios , demonizandola y demonizando en los medios, y ayudando a sancionar leyes .
De esta manera la obligaron a negociar la construcción de este Frente , que tiene luces y sombras, por cómo se construyó y en las circunstancias en qué se construyó . Sirvió para ganar , pero los intereses contrapuestos existentes en el seno del Frente , hace que el auto tenga siempre puesto el freno de mano de los conservadores.
Quienes se desencantan es porque son presa fácil de la maquinaria de los medios . Ustedes , quienes habitan en la capital y provincia de Buenos Aires , están permanentemente bombardeados por esos medios , lo que crea la tilimgueria porteña y bonaerense. Viven , en su mayoría, en una nube de pedo , que las y los hace asumir posturas grotescas , ridículas.
Ganaremos la elección por un muy buen margen , lo que nos dará mayoría; pero los últimos 2 años de mandato serán un carrousel de todo tipo , porque comenzará la danza de los candidatos para el 23 .
Por último, te entiendo y te comprendo. Elegiste transitar por la vida jugandotela. Te hiciste fuerte , porque no te quedaba otra. Es comprensible que , como toda persona que elige el compromiso, y por qué no decirlo, el altruismo , la abnegación, la fraternidad , como forma de vida , experimentes esa frase magistral de Simón Bolivar : » He arado en el mar » . Pero no es así, lo que sembraste y seguirás sembrando , creando conciencia, dio y seguirá dando frutos .
Sandra Russo es una marca registrada . Ese nombre y apellido impactan . Crean idolatría y seguimiento . Llegará el merecedisimo reconocimiento profesional de periodista top en el marcado profesional periodístico. Está al caer .
Me despido contando una anécdota asimilable a tu persona . Soy un hombre religioso. Ina vez , en 1984 , mayo para ser preciso , hice un retiro de 4 días. Un sacerdote cubano que se quedó a vivir en Resistencia , Domingo Cazon , ordenado en Canada , corrido por Fidel cusndo hizo la Revolución ; por eso era elitista , contó una anécdota de un sacerdote católico en Japón . Este país es mayoritariamente no católico, por lo que los misioneros acudían a predicar . El sacerdote en cuestión había predicado en Japón, y ahora estaba esperando la muerte , por padecer una leucemia galopante . Cazon estaba acompañandolo en su lecho de moribundo y ese sacerdote le dijo : » Estoy regando con mi sufrimiento la semilla de amor que sembré en Japón » .
Sandra Russo es esa sacerdote católico.
Excelente la nota de la gran Sandra Russo y también tu comentario.Lo comparto totalmente aunque no tenga la capacidad que tenés vos al comentarlo.Gracias Luis María.
Estimado Luis Maria, no se si traduzco bien su refinada prosa: «jodete por no ceder».
Ante la incoherencia de la realidad los incoherentes somos los que nos empecinamos en esperar coherencia. Espero y deseo que ni Sandra ni los tozudos que ya no es que esperemos, sino que exigimos coherencia … no morir en el intento.
Le envidio la fe. Envidia, si, pero solo la primera parte, la que denuncia en mi la carencia. Atte
MUY BUENO.
Mentiria si dijera que no me he mirado al espejo y he visto el rostro desencantado en algún momento del día. Sin embargo, soy docente en escuela secundaria, y he repetido hasta el cansancio, para mi y para otros profes, que no hay lugar para el desencanto frente a niños y jóvenes. No tenemos derecho a presentarles un mundo gris y sin expectativas. Sandra, tu artículo,opinión y sentir, instala al desencanto en su lugar, en el contexto. Me representa y agradezco. Me pregunto ¿qué necesidad de ser tan apocalípticos? ¿ qué necesidad de embarrar este presente que, con su ritmo, va en la dirección necesaria con alivios urgentes? Disfrutar este presente político con las mejores expectativas es un derecho y un deber. Algo más que esa frase conocida «un pesimista es un optimista bien informado»… en nuestra patria la derecha no pasará…y paciencia.
Sandra Russo, lúcida, comprometida con la vida y consigo misma. Hermosa nota, me expresa, me justifica en la esperanza a ultranza.
Excelente Sandra. Comparto esa sensación, quizás no la llamo desencanto, el mundo de hoy en Latinoamérica es mucho más facista y la derecha es brutal. Hay que rearmar fuerzas y seguir trabajando en el llano. Hay que escuchar a García Linera y también mirar a cuadros muy jóvenes que necesitamos vayan abriendo otros caminos. Compartiré tu reflexión que es también la de muchas de nosotres. Gracias
Entre el 2015 y el 2019 hemos vivido cuatro años de horror y en 2020 y lo que va de éste año esta espantosa pandemia mundial. No es tiempo de desencanto, es tiempo comprensión de la situación que atraviesa nuestro amado país. Cómo bien dice Sandra Russo no son adversarios, son enemigos, y yo agrego, tienen mucho odio y pocos escrúpulos. Hicieron, hacen y harán lo que sea para no aceptar la voluntad popular que no les sea favorable a ellos. Salgamos del desencanto todos los que tenemos el sueño de un país mejor.
Bien Sandra. Si comparo esta nota con otras que he leido, también tuyas, observo que hay una especie de desplazamiento desde la protesta, el disconformismo expresado, hacia lo que llamás «el desencanto». A mi modo de ver, estás interpretando la política, es decir, comenzás a ver que hay ciertas cuestiones que merecen ser estudiadas detenidamente, que hay que caminar muy firme porque cualquier tropiezo se puede pagar muy caro. Siempre confié en Cristina, porque siempre supe que, si alguien pretendía apartarse del buen camino, estaría Ella para corregirlo. De modo que, por ese lado, nunca me sentí desencantado. Tengo si, a veces, la duda de si Ella podrá con tantas dificultades que le plantean, pero esas dudas desaparecen en cuanto la veo actuar.
Por otro lado, cada uno tendrá su propio desencanto, en mi caso (que es el de muchos), hubo una decisión que entiendo no era necesaria tomar y, mucho menos, en el momento y en la forma en que fue tomada, y se, sin dudas, que Cristina fue presionada y que algún día Ella lo dirá. Pero bueno, ya está, no hay vuelta atrás. vos tendrás tui desencanto, y otros tendrán los suyos, con lo cual, se puede apreciar que son desencantos parciales, desencantos egoistas, desencantos a los que no se les debe permitir que nos tapen el bosque. Mis saludos
No concuero con vos Sandra, para mí tirar la toalla es resignarse a reclamar unas pocas migajas; para mi tirar la toalla es abandonar la Utopía de construir un mundo mejor por la pelearon nuestrxs 30.000. No es una cuestión de valentía ni de obsecuencia ni de conformismo ni de resignación, decís y tenés razón, es una cuestión de ideología y lxs que cogobernaron junto a Cambiemos , no están en el mar , sino que son los tiburones que también están conduciendo el barco. Abandonar , para mí, es arriar las banderas por las que siempre luchamos.
Todos los días aparecían tus comentarios (a los que leía con mucha atención). No se porque ya no aparecen en mi face.
Solo quiero decirte que he compartido tus opiniones en un 90% digamos, para ponerle un número.
Hoy siendo las 4 35 de la mañana, sin sueño, después de haber dormido un par de horas, me aparece este artículo de opinión.
Siempre defiendo al gobierno por todo lo mismo que decís, pero el observar los aumentos generales que se vienen dando que día a día que empobrecen a los más desprotegidos y además no ver una posible mejoría en el corto ni mediano plazo , hacen que uno dude mucho si el camino es el correcto.
Creo en Cristina, pero no es la presidenta.
Te entiendo perfectamente, entiendo la pandemia en medio de todo, entiendo el poder de los medios hegemónicos y entiendo tu pelea contra el desencanto.
La lucha se sigue dando pero cada vez tenemos menos argumentos, lamentablemente.
Te mando un beso Sandra!