Se presentan como líderes de la humanidad y no pueden limitar la comercialización de armas.
Imponen guerras en todos los puntos del planeta desde hace más de dos siglos y se dicen defensores de “valores de occidente”
Pertenecen a la única nación que fue capaz de tirar dos bombas nucleares sobre población civil (Hiroshima y Nagasaki) cuando Japón estaba derrotada militarmente.
Dicen defender la democracia pero impulsaron y legitimaron todos los golpes de Estado de Latinoamérica y los genocidios que esas dictaduras cívico-militares generaron.
Hace apenas dos años fueron el primer país en planificar el golpe contra Evo Morales y en reconocer a la dictadura de Jeanine Añez.
Mantienen un bloqueo criminal sobre Cuba desde hace seis década violando todas las normativas del Derecho Internacional.
Amenazan con invasiones a los países que no siguen sus mandatos y exigen políticas económicas hambreadoras para beneficiar a sus trasnacionales y a las elites fascistas locales que los representan.
Protegieron a los ucro-nazis y financiaron la limpieza étnica que se produjo a partir de 2014 sobre los ruso-hablantes del Donbas.
Aducen que China es un enemigo para la humanidad por el solo hecho de que la economía de Beijing es más productiva que la que ostenta el atlantismo.
Es el país que más armas fabrica en el mundo, y el que más exporta: la mitad de toda la parafernalia bélica que comercializa a nivel global es producida en USA.
En sus doscientos cuarenta años de historia han estado en paz solo 30 años.
Mantienen 200 mil militares repartidos en 400 bases militares fuera de su territorio.
Su presupuesto militar es igual a la suma de Europa, China, Rusia, África, Brasil y la india.
¿Existirá una relación entre niño Maverick –a quien la vendedora cataloga de adorable por cómo sabe manejar un fusil de asalto a los 4 años– y todos estos datos incontrastables?