Estuve cuatro años sin leer diarios, escuchar radio ni ver televisión. Esto dicho con muchísima exageración, ya que hasta hice radio unos meses, escribo periódicamente en un diario y veo C5n un rato todos los días. Pero habiéndome pasado la vida trabajando en ellos, mi autopercepción es que durante el macrismo mi único poder era ése. Renunciar a enterarme de lo que decían. Blindarme los oídos de lo que en algún que otro taxi confirmaba que era insoportable, no concederles mis emociones leyendo lo que escribían, y negándome a embobarme con el ritual de los gritos y las mentiras de paneles de gente que no tenía la menor idea de lo que decía. En una ceremonia doméstica y política, porque no fui la única sino que fuimos millones los que les dijimos basta en forma terminante, ejercí mi poder: no abrirles ni mi cabeza ni mis oídos
Categorías
Aca no entiende el que no quiere
