La susceptible

–Soy yo. Te llamo porque me parece que tenemos que aclarar un par de cosas.
–¿Vos y yo? Bueno, te escucho.
–Laura, somos grandes.
–Sí, vos un poco más que yo. Ja ja ja.
–Pará, pará, que esto va en serio.
–Bueno, te escucho, pero no sé de qué me estás hablando. ¿Qué pasa, Cristina?
–La otra noche, cuando fuimos a cenar con Julia y Vicky.
–Sí, ¿qué pasa?
–Te noté muy rara conmigo. Y no es la primera vez. Ultimamente me estás evitando.
–¿Yo a vos? ¿Evitarte cómo?
–¿Te acordás que hace diez días te llamé para pasar por tu casa?
–…Sí.
–¿Qué me contestaste?
–No me acuerdo.
–Que preferías que no pasara, porque estabas ordenando el placard.
–Ah, sí. Ya me acuerdo.
–Bueno, ése fue el primer desplante que me hiciste.
–¿Desplante? Cuando ordeno el placard prefiero estar sola. ¿Qué desplante?
–¿No podías ordenar el placard mientras charlabas conmigo?
–Bueno, Cristina, disculpame, pero yo soy así. Ordeno el placard a solas.
–Pero no fue lo único. A los dos días te dejé un mensaje.
–Y yo te contesté.
–Pero no me encontraste.
–No, pero te dejé un mensaje.
–No es lo mismo.
–Ay, Cristina…
–Y al día siguiente te mandé un mail.
–¿En serio? No lo vi.
–No te creo. No me vino rebotado.
–No, me debe haber llegado. Pero se me rompió la computadora. Hace una semana que no abro mis mails.
–Lo que sea. La otra noche, cuando fuimos a cenar con Julia y Vicky…
–¿Qué pasó? Si nos cagamos de risa.
–Te sentaste al lado mío.
–Sí, ¿y qué tiene?
–Siempre te sentás al lado de Vicky.
–¿Y qué importancia tiene al lado de quién me siente?
–En toda la noche no me miraste ni una vez.
–Ay, Cristina, ¿me estás haciendo un planteo? ¡Ni mi marido me hace estos planteos!
–Laura, te lo digo para que lo pienses. A vos te pasa algo conmigo.

Compartí tu aprecio

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *