Sobre la belleza

Hay que dejar tranquilo al reloj

Hice un posteo que tuvo mucho rebote, un poco me asombró. Un comentario sobre la tapa de Vogue Brasil, una foto de Sonia Braga con sus espléndidas arrugas (hay quienes las llaman “las marcas de la vida”, pero me parece que eso romantiza lo concreto que son las arrugas). Sonia Braga, con su belleza madura y la belleza interior que le fuimos conociendo con los años, tras ser ella aquel hembrón de Doña Flor y sus dos maridos, pertenece a ese puñado que aun antes de que la cultura dé el ok, plantan bandera y ellas son su propia bandera, ellas sin los retoques anti-age invasivos o no invasivos que nos dicta la idea oficial de belleza.

El canon de belleza de estos neofascismos modernos parte del canon capitalista tradicional, pero lo lleva más allá. Ese canon nos ha hecho en las últimas décadas comer mucho menos de lo que teníamos ganas, y luchar desaforadas contra el paso del tiempo, porque la belleza está, en ese régimen de valores estéticos y éticos, atada a cierta falsedad. La del fotoshop. Es como si nos invitaran a dejar de ser seres humanos para ser una imagen radiante, sin manchas, sin patas de gallo, sin ojeras, sin canas. Una imagen cuyo contenido puede ser descartado porque cuando se trata de imágenes cada espectador le pone su propio contenido. Pero lo importante es que ese canon no es solamente una hoja de ruta para que las mujeres sepamos cómo pilotear, costosa e ingratamente, nuestra madurez. No. El canon va más alla: es un performador del deseo masculino, que se dirige indefectiblemente a la zona iluminada del photoshop.

Estos neofascismos guardan en sus vientres oscuros, repletos de serpientes, destinos femeninos que las mujeres no queremos. Bolsonaro, el hazmerreir del mundo, el presidente humillado y criticado a volumen alto por muchos otros presidentes del mundo, protagonizó hace poco un altercado con su par francés, por burlarse de su esposa, veinte años mayor que él. Exhibió a su propia mujer como un trofeo, sangre nueva, carne fresca, ¿qué otra cosa podría buscar un hombre en una mujer?

Esa es la pregunta para todos y todas: ¿Qué nos gusta? ¿Qué nos atrae? ¿Qué nos da placer y calma? ¿Qué nos regocija en lo más íntimo, eso que no es para andar contando como anécdota? Sonia Braga y su belleza en tonos apagados es una especie de manifiesto político, porque está en las antípodas de la jactancia alfa de Bolsonaro. ¿El parece rudo, valiente, audaz? Ya lo vimos en acción: es débil, es cobarde, es maleducado. ¿Cuál es el atractivo de las armas en las que los varones como él y sus hijos depositan su masculinidad? ¿Qué trasladan ahí? ¿Qué es lo que no pueden demostrar por otros medios que no sean los de amenazar de muerte o de celebrar a torturadores?

Ya sabemos qué tipo de belleza femenina le corresponde a ese tipo de masculinidad. La de las películas de Olmedo y Porcel. Son siempre las mismas. Mujeres –carne. Mujeres-bola de lomo. Mujeres –agujero.
Cuando todo comience a girar de nuevo en el sentido de las agujas del reloj, debemos amigarnos con el reloj y con el tiempo. Es de porfiadxs o de viciosxs pretender extorsionar al tiempo exigiéndole que su paso no deje rastro. Cuando vuelva a amanecer, tratemos de mirarnos a la cara y ya con eso empezará una nueva noción de dónde reside la belleza que nos conmueve y nos toca muy adentro, en un lugar impreciso de nuestra percepción y nuestra emocionalidad. Seguro que esa belleza se parece más a la de Sonia Braga que a la de alguna señora de su edad que lleva la cuenta de las cirugías que todavía está a tiempo de hacerse.

Compartí tu aprecio

6 comentarios

  1. Excelente escrito .
    Son los dictados de la sociedad de consumo .
    Los medios , siempre los medios , pudren la cabeza de la gente con todas esas divas de cartón , que se asemejan a enormes anacondas viejas que se mecen al sol .
    Tenemos una pieza de sarcófago que Cena y almuerza ; una proxeneta que atiende el teléfono ; programas de moda que instalan una continua estupidez .
    En fin .

  2. Nota excelente, la vision de ser humano valioso es lo importante, basta de hacer comestible …no somos elementos comprables ni consumibles…somos vida e historia.Muy bueno y gracias por difundir el pensamiento humano social.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *