62 años de una Cuba insurgente asentada sobre territorio rebelde. Una plataforma de lanzamiento de verdades incómodas lanzadas sobre el rostro deshilachado del imperio.
Si el Siglo XX en su segunda parte fue cubano, el XXI debiera anunciar, para ser coherente, las sílabas subterráneas de su sentido.
Cuba es tierra solidaria para los perseguidos. Cuna de nombres martianos hechos de aleaciones misteriosas. Palabras en inagotables discursos de Fidel. Letras en la memoria de José Martí. Poesías quijotescas en la lapicera manchada del Guevara.
Ninguno de los intentos emancipatorios sucedidos desde 1960 hasta el día de hoy, en América Latina, son ajenos al faro moral de esa experiencia política que aún hoy desafía la comercialización de la vida: mientras Cuba exporta salud por sobre bombas los embajadores de Washington son representantes de empresas armamentistas.
Los discursos diseminados del poder del dinero suelen insistir con una libertad solo disfrutable por quienes financian sus propaladoras del sentido. Frente a su alharaca acrítica y panglosiana observamos cómo una organización social, debilitada por el bloqueo, es capaz de brindar tanto. Esa desproporción es el resultado de una ventaja moral que el napalm, la guerra o el dinero no logran concebir: ¿Cómo es que sobrevive esa experiencia después de sortear miles de ataques económicos, militares, diplomáticos y comunicacionales? ¿De dónde obtienen esa fortaleza para gestionar ascéticamente su íntima humanidad?
Esa es la explicación de por qué la simple enunciación de los nombre de Fidel, Camilo o el Ché, remiten al sentido prospectivo de un legado que atemoriza a la falsa sensatez reinante: sus puestas en escena reiteran el coraje emancipatorio que el Pentágono observa con indisimulado sobresalto.
Los cantos de sirena de un sistema que funciona a tracción a sangre carecen de entidad moral para juzgar una experiencia histórica que tiene mucho más de futuro que de presente y e pasado. Mientras protegen el medio ambiente, la salud y la educación como valores centrales de la vida, el estropicio neoliberal despedaza el entorno ecológico, ofrece educación segmentada para pobres y condena a las mayorías populares a expectativas de vida inferiores s los sectores dominantes.
La democracia que promociona Washington solo es apta para que triunfen los referentes funcionales a sus intereses hegemónicos. Cuando irrumpen modelos populares, como Allende en Chile, o Chávez en Venezuela, se les declara la guerra de baja o alta intensidad.
La libertad presumida por el Departamento de Estado es aceptable a condición de no fundar, creativamente, modelos alternativos y soberanos. Ni los inmensos recursos económicos, tecnológicos o financieros han podido con Cuba. Ni siquiera sus arsenales nucleares. Su altivez imperial ha quedado malograda frente a los 62 años de su rítmica historia.
El único país que hoy lanza su fase III de vacuna contra el COVID es Cuba. Sus operadores de la salud, organizados como Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve, visitaron 20 países durante la pandemia. Su último destino es Honduras, donde llegaron 25 profesionales hace dos semanas atrás.
La deuda de América Latina con Cuba es enorme. Fue capaz de ejemplificar dignidad en medio de la más profunda noche. Cobijo ante la derrota. Fue refugio ante los repetidos genocidios organizados por las embajadas de Estados Unidos. Algún día, los pueblos de América Latina deberemos empezar a saldar esa deuda.
La Revolución Cubana fue posible gracias al hombre escogido por el Destino : FIDEL .
Los pueblos cuentan con hombres providenciales ; mujeres también. Fidel fue el elegido para llevar adelante la Revolución. Un hombre granítico , inconmovible , impenetrable . Nació para ser líder .
Su visión; su estrategia ; su perseverancia lo llevaron al triunfo de todo un pueblo .
El diablo, encarnado en el Imperio , advirtió rápidamente que si el ejemplo de esta Revolución cundia, los pueblos se liberarían para siempre del yugo norteamericano , y consolidarian un proyecto de país propio .
Los pueblos latinoamericanos y mundiales les debemos mucho . Le debemos DIGNIDAD , que es lo que más le ha sobrado a Cuba .
Venezuela sigue la misma huella .