Invierno en el monte

Muy lejos de los reclamos del sector rural que se manifiesta por las dudas, los campesinos de a pie, sin Hylux, viven la misma realidad de los sectores populares. Nota de Matías Fernández Madero.

El universo de normativas y resoluciones es un vasto territorio que deberían proteger a los más débiles, pero la dificultad, y confusión, en su aplicación deja a miles de productores campesinos «fuera de la ley», en la informalidad.

Clotilde y Efraín van muy serenos en su fiel y añoso Renault 12 hacia el pueblo para el festejo de los quince de su nieta. Llevan varios regalos, entre ellos una manta tejida con lana hilada a mano por el abuelo, ideal para abrigarse en estos fríos invernales; también llevan un cabrito faenado especialmente para la ocasión. El guadal levanta mucho polvo; el invierno, en la región del monte semiárido, es muy seco y los caminos parecen talco. Adelante, entre la tierra y los tibios rayos del sol, aparece la patrulla rural. Buenas tardes don Efraín, adonde se dirigen? Buenas oficial, al pueblo. Que llevan? …la pregunta viene cargada de un denso tono inquisidor que Efraín y Clotilde conocen muy bien, hasta lo pueden oler. La respuesta tarda… qué contar?; por qué no se puede andar tranquilo?; por qué hay que andar sintiéndose un criminal? Llevamos unos huevos caseros, una manta y un cabrito. Abra el baúl ordena el policía. Efraín se baja y abre el baúl. El cabrito es, sin explicación alguna, decomisado. Además, los infractores son demorados un buen rato; se libra un acta y una multa. Las lágrimas de impotencia no calman la bronca. Doña Clota magulla «te dije que íbamos a tener problemas con la patrulla rural»…Efraín se guarda en su silencio y pone primera.

A productores del sector agropecuario diametralmente opuesto a la realidad de Efraín y Clotilde no les decomisan nunca nada. Apenas sí que les piden, de modo paciente y afable, que abran el baúl off-shore que tienen lejos, adonde guardan las ganancias y que colaboren con algunas monedas a las arcas del estado nacional. Más allá de que la ley contempla los derechos de exportación, pareciera que, para los mecanismos de fiscalización estatales, está más en falta un campesino llevando un cabrito para compartir en familia que una empresa agroexportadora que no paga impuestos.  Ambos, protagonistas del sector que denominamos agropecuario; aunque con dos cosmovisiones muy diferentes. Efraín y Clotilde, produciendo alimentos mientras cuidan el monte nativo. Y por otro lado, productores que ven las medidas del gobierno para mediar en los precios como una “apropiación de la producción de las provincias ganaderas para favorecer al conurbano bonaerense”.


La ley ampara a todos, pero cuando llega el momento de fiscalizar, el poder estatal suele recaer con todo su ancestral peso sobre los más débiles. Igualmente seguimos generando normas, como para lograr que algo encaje; y lo que no encaja no pasa por lo legal, pasa por otro lado. Por eso se habla de inflación normativa: las normas dejan de ser un instrumento de garantías y se vuelven un instrumento de confusión. Los marcos legales existentes amparan prácticamente todas las realidades, de algún modo u otro las contemplan; inclusive la faena domiciliaria. Suena ridículo que haya que aclararlo: alimentarse de lo que una familia produce no es ilegal. Pero al momento de implementar las normativas algo falla, y seguimos pensando que lo que falla es la ley. Lo que falla, aparte de la desigualdad ante la ley, es el abordaje, la imposibilidad de implementación. Desde las políticas nacionales, pasando por las provinciales y municipales, es la falta de decisión y no la falta de marcos legales lo que hace que ciertos mecanismos de producción y comercialización no puedan circular por carriles formales. Duele escribir estas cosas mientras gobierna una coalición votada por mayorías populares; pero lo que ocurre con algunas cuestiones, como las injusticias en el campo profundo, vienen de larga data, son estructurales, y se necesitan medidas osadas y que tocan intereses en pugna. El estado no puede ser indiferente dejando todo librado a las leyes del mercado. Leyes que terminan siempre favoreciendo a los mismos. Nunca a Efraín y Clotilde.

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Un comentario

  1. Programa crujiente .
    En la editorial Sandra Russo , como un río serpenteante que se va adentrando en la geografía , buscó brindar una salida positiva a la masa kirchnerista que cada día está más enfurecida y desanimada .
    Sandra Russo ya lo sabe ; y algún día lo dirá enfáticamente : este gobierno nacional no hará nada que lleve a una transformación social . Fernández y su entorno viven en un microclima de onanismo hermético.
    Sandra Russo sabe que la sujeción de este Ejecutivo a los dictados del Fondo no variará. No hay coraje ; por lo que dan paso decidido a la calma resignación .
    Entonces a la conductora se le ocurre que ya nos pongamos a trabajar para Cristina 2023 .
    En lo personal creo que Cristina ya hizo demasiado . Debemos dejarla descansar.
    Es necesario que aparezcan nuevas cámaras de dirigentes con vuelo propio . Que podrán tener como fuente de consulta a Cristina , pero serán eses dirigentes quienes trazen nuevos rumbos liberadores .
    No obstante es altamente valorable , encomiable y muy talentoso lo de Sandra Russo , porque continuamente busca variantes superadoras. Ojalá Fernández y su entorno fueran así.
    La charla grabada con Eduardo de la Serna acerca del abordaje del Jesús histórico, gratificante.
    Permite poner al alcance del público la dimensión profundamente humana de Jesús.
    La jerarquía católica se ha esmerado fuertemente durante siglos en recortar al máximo la dimensión humana de Jesús , porque es profundamente revolucionaria .
    Todo el Evangelio es un compendio de exaltación de la dignidad humana hasta más no poder .
    La columna de Silvia Vilta acerca del proyecto de ley de reparación ( no quiero poner histórica , porque fue la terminología del macrismo para les jubilades ) para los ex trabajadores de la Petroquimica Mosconi , interesante .
    Se escucharon testimonios de dos ex trabajadores de la Petroquimica y también de YPF .
    A este respecto , efectuo algunas reflexiones.
    Por experiencia , observando la conducta de trabajadores de YPF en Resistencia Chaco, el común denominador ha sido la vida apoltronada , relajada , y en extremo endogamica ; es decir, vivían únicamente para disfrutar del beneficio de trabajar en YPF, con una total falta de conciencia acerca de la marcha del país y de la realidad social de los restantes sectores.
    Promuevo esta reflexión , porque escuché al ex trabajador de la Petroquimica diciendo que cobraban salarios dignos ; que vivian muy bien ; que la Petroquimica era igual o más importante que la madre . Todo muy lindo .
    La pregunta es ¿ tenían toma de conciencia acerca de la defensa de su fuente de trabajo ?
    Se comieron el cuento del menemismo ; incluso , los mismos sindicalistas que los representaban los entregaron . Pienso en Diego Ibañez de YPF . Era millonario . Su vida se derrumbó por completo cuando asesinaron a un hijo .
    Ahora corren de atrás . Les deseo y deseamos lo mejor .
    Jorge Elbaum se refirió a la situación judicial del profugo Rodriguez Simon .
    Personaje oscuro e infame .
    El judicial de Uruguay es el general Alais en Semana Santa del 87 .
    Creo que si sale la deportación o expulsión, Rodriguez Simon imita a Nisman . Sabe demasiado.
    La interacción con oyentes se centró en la necesidad de canalizar positivanente las energías.
    Sandra Russo cree que Cristina 23 es el faro que debe animarnos.

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