Prepararse

La narrativa de la ultraderecha es previsible. Pronto aparecerán los agitadores extranjeros, los del eje del mal. Inventos como la RAM. Nota de Sandra Russo.

Los altoparlantes en las estaciones de trenes y micros desde la madrugada del 20 advirtiendo que el que paraba no cobraba, fueron un trasluz. 

Una visión anticipada de la inercia libertaria, que se revela como un totalitarismo de nuevo tipo, mucho peor de lo que ellos odian.

Son el tren fantasma y es obvio que ese DNU grande como una pirámide egipcia o como una cuenta offshore de medio gabinete se pasa por el traste cada palabra de campaña. No dijo y nadie tenía por qué adivinar que el cambio era el del sistema democrático. Las tiranías se deslegitiman solas. No hace falta explicarlo. 

Esta semana o la próxima  Bullrich dirá que desplegará grandes operativos porque el gobierno tiene información de que hay cubanos y venezolanos agitando protestas. Buscan internacionalizar la protesta. También es una instrucción del norte. 

Confiemos en ese instinto popular que en los momentos más graves sintoniza en lo que hay que defender. Esta vez es defendernos los unos a los otros. El héroe colectivo.

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