Cipayismo Títere

La política exterior de Milei se decide en Washington. Nota de Jorge Elbaum.

Una de las sempiternas emblemas de la derecha oligárquica local fue la necesidad de no caer en el “aislamiento internacional”. Con ese concepto los grupos concentrados sugerían que las relaciones exteriores debían contar con una dinámica cercana a sus socios y patrones radicados en el occidente demarcado por Estados Unidos y Europa. Esos mismos sectores cuestionaban la etapa en la que Argentina multiplicaba sus nexos diplomáticos en África y Asia a la vez que priorizaba la integración latinoamericana. Para esos continuadores de la tradición unitaria, porteñista y racista solo existen dos regiones que salvan al país del “aislamiento internacional”. 

Los dos primeros socios comerciales de la Argentina son Brasil y China. A sus dos líderes actuales, Milei le los ha insultado, resquebrajando la posibilidad de generar sinergias comerciales, diplomáticas y geopolíticas. En enero último el actual presidente informó que Argentina no se sumará a los BRICS+ pese a ser aceptado como miembro en 2023. La concesión hecha al Departamento de Estado –en plena guerra contra Beijing el Sur Global– habilitará –sin dudas– a Milei con un puesto gerencial a futuro en alguna de las corporaciones de la denominada “puerta giratoria” del establishment corporativo que pone y saca agentes de las organizaciones gubernamentales estadounidenses. Pero las consecuencias inmediatas para la Argentina serán funestas: además del descalabro interno –de una nueva devaluación en el horizonte– se seguirán acumulando dificultades externas.

¿Cómo llegamos hasta aquí? A grandes rasgos podemos nombrar tres grandes factores. Dos locales y uno global. Los internos remiten a las frustraciones generados por los dos últimos gobiernos –previos a Milei– y la creciente fragmentación social tributaria de la inflación, la informalidad y la creciente invisibilidad del Estado. La exterior, relacionada con el auge de una derecha neofascista amparada en la reacción a un cambio de orden global: el Occidente heredero de las tradiciones colonial  se ve desafiado por regiones a las que supo etiquetar como regiones bárbaras (Rusia) o despreciables (China). 

La reacción al cambio hegemónico liderado económicamente por el sud este asiático y en términos soberanistas por Moscú encuentra al Occidente soberbio en  pleno “ataque de nervios”. Milei es también una expresión de eso.  Un repaso por su apreciaciones “diplomáticas” lo revelan con total nitidez: 

  • El 9 de noviembre de 2023, durante la campaña electoral, el actual presidente afirmó –en una entrevista con el grotesco Jaime Bayly que Luiz Inácio “Lula” da Silva era un “comunista corrupto”  y que “por eso estuvo preso”.  Además afirmó que rompería relaciones con Brasil. 
  • En ese mismo intercambio con el propagandista peruano, señaló que no iba a hacer negocios con el gobierno de la República Popular China. 
  • El 10 de diciembre, Milei invitó al expresidente Jair Bolsonaro a su toma presidencial pese a encontrarse procesado por un intento de golpe contra el sistema democrático. Como era de esperar, Lula no concurrió a la asunción pero sí se hizo presente el primer mandatario de Ucrania,  Volodímir Zelenski, desafiando a la Federación Rusa al quebrar la neutralidad característica del Palacio San Martín. 
  • Una vez asumido, el  nuevo presidente argentino vilipendió al mandatario Trasandino Gabriel Boric. En enero la canciller Diana Mondino insultó a la República Popular de Taiwán al recibir al representante comercial de Taiwán, Miao-hung Hsie. 
  • El 26 de enero de 2024 Milei definió al presidente colombiano Gustavo Petro como un “comunista asesino que está hundiendo a Colombia” en una entrevista con la periodista Patricia Janiot.
  • El 6 de febrero de 2024, realizó su primer viaje internacional, visitando al Estado de Israel –en pleno bombardeo contra la Franja de Gaza–.  En ese mismo día, afirmó su intención de trasladar la embajada argentina a Jerusalén, pese a que las Naciones Unidas consideran a ese territorio como ajeno  a la soberanía de Tel Aviv. 
  • El vocero presidencial Manuel Adorni declaró el 20 de febrero de 2024: «La visita de David Cameron a Malvinas es un tema de agenda (…) del gobierno inglés», aclarando que “nosotros no tenemos por qué opinar sobre la agenda de otros países”
  • El 25 de febrero de 2024 Javier Milei declaró en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), en Estados Unidos,  que el presidente era “una plaga letal para los propios colombianos”. 
  • El 27 de marzo de 2024, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Bogotá expulsó a los diplomáticos de la embajada de Argentina luego de que Milei afirmara  –en una entrevista concedida a Andrés Oppenheimer de la CNN– que Petro contaba con los antecedentes de ser un  “asesino terrorista”
  • El 1 de marzo de 2024 la canciller Mondino denunció en una entrevista la presencia de “infiltrados de Cuba y Venezuela”  en marchas en contra de la Ley Ómnibus. 
  • El 19 de enero de 2024 el expresidente y actual candidato presidencial republicano Donald Trump posteó en sus redes que Milei “realmente ama a su país y  está trabajando duro (…) haciendo grandes progresos”.
  • El 24 de febrero de 2024 Milei asistió a una conferencia trumpista en Maryland donde exigió a los asistentes detener el socialismo (de Biden) y repudiar las regulaciones de la economía. Respecto a la interrupción voluntaria del embarazo consideró que consistía en  una “agenda asesina”, sumándose los sectores conservadores que impulsan la prohibición de dicha normativa.  
  • En mayo de 2024, Milei criticó al gobierno español en un acto organizado por el partido de ultraderecha Vox  llamó «corrupta» a Begoña Gómez, la esposa del presidente español, lo que generó una nueva crisis diplomática. 

Las decisiones de política exterior de Javier Milei responden a intereses extranjeros. Son ajenos a la Constitución y a los principios soberanos que la guían. El gobierno anarco-colonial actual nos quiere como apéndice de las transnacionales, los centros financieros y el Complejo Militar industrial. Necesitamos construir una segunda y definitiva independencia. 

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