Relacionemos

de Pia Klemp a Greta Thunberg a la Amazonía.

Hace poco supimos de la existencia de Carola Rackete como capitana de barco detenida por haber salvado a inmigrantes africanos de la muerte en el mar. Para ese entonces Pía Klemp, que ya había salvado a otros, era amenzada con la aplicación de una ley siciliana durísima, avalada por la ultra derecha iltaliana, para condenar a quienes salven vidas en el Mediterráneo. Saludamos la existencia de estas jóvenes y bravas mujeres con muchos tatuajes en sus cuerpos, aunque el Mediterráneo está surcado también por capitanes varones que hacen rescates epopéyicos como el el del español Open Arms, la ong cuyos integrantes se lanzaron al mar a rescatar a los refugiados que ya no aguantaban más la espera de días y días a los que los sometía la justicia italiana.

Alemana como Rackete, Pia Klemp fue premiada por la alcaidía de París por su tarea de salvataje, pero respondió con estas palabras “No soy humanitaria. No estoy allí para áyudar´. Estoy por solidaridad. No necesitamos medallas. No necesitamos que las autoridades decidan quién es un ´héroe´y quién es ´ilegal´. De hecho, no están en condiciones de determinarlo, porque todos somos iguales. Lo que necesitamos es libertad y derechos. Es hora de que mostremos la hipocresía detrás de estas condecoraciones y llenemos el vacío con justicia social. Es hora de convertir todas las medallas en puntas de lanza de la revolución. ¡Documentación y refugio pata todxs! ¡Libertad de movimiento y residencia!”

Cómo no relacionar a estas jóvenes alemanas cargadas de la mordacidad y la valentía de una de piratas justicieros, con la aspereza de la sueca Greta Thunberg diciéndoles a los miembros del Parlamento Europeo que sabe que no la quieren, pero no le importa, porque ella tampoco los quiere. Porque non cumplen con su palabra. Cómo no relacionar las reacciones en cadena y protesta en más de ciento veinte países de estudiantes secundarios reclamando por la reducción urgente de gases. Cómo no relaciones, al fin, esos gases, con los que producirá la Amazonía arrasada, destinada al fracking, a la ganadería y a la soja en una escala de producción que terminará con el planeta y finalmente con la especie.

Hay una nueva épica global. Es la defensa de la vida en todas sus formas. La encarnan seres humanos muy jóvenes que serán nuestros flautistas de Hamelin, pero nos conducirán a otro tipo de sistema, sencillamente un sistema de producción a escala humana y a escala de la Casa Común, que es el planeta. Estemos preparados para aprender a leer y a escribir esa épica nueva. De ella depende todo.

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6 comentarios

  1. Totalmente de acuerdo SANDRA, da pena que no puedo vencer al sentimiento de miedo y vergüenza que está metido entre mis costillas y me anuda al pesimismo. Podrá nuestra especie beneficiarse con el amor por el otro.? CReo que todas las religiones ,en sus libros sagrados proponen la unión, la esperanza, cuando se reescriben en idioma de los hombres suelen interpretarse de manera diferente. En épocas diferentes y sobre todo desde el siglos XVII y siguientes las ciencias sociales mostraron cómo los agrupamientos humanos se conducían hacia la guerra y/o a la concordia según las culturas diversas.
    Seamos conducidos por los jóvenes.Abajo el rencor sin olvidar. Gracias por este espacio democrático.

    N

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