El cura ambientalista
“Tomar en serio el mensaje de Jesús tiene que tener una consecuencia social, de no dejar de lado a los descartables de la sociedad, que en esta época son los campesinos. El grito de la tierra es el grito de los pobres”, dice el cura Sergio Raffaelli, que toma el planteamiento ecológico integral del Papa Francisco. Vive hace quince años en Santiago del Estero y está al frente de reuniones en las que se debate la Multiplicación de los panes y los peces, el derecho a la tierra, el modelo productivo que envenena, la salud y las herramientas legales para defenderla. Un cura ambientalista que el 26 de diciembre, logró -junto con sus vecinos y compañeros de lucha- reunir en la capilla de la virgen de Luján del Bagual, a una fiscal federal, un fiscal de ese departamento judicial, funcionarios y autoridades policiales. En estos días se realizaron distintos operativos donde se secuestraron mosquitos y fumigadoras que envenenan a los campesinos.
Pasó su primera infancia en Capilla del Señor, en el partido de Exaltación de la Cruz, provincia de Buenos Aires. Vivían en una quinta de verduras de treinta hectáreas que había comprado su abuelo cuando vino de la guerra. Cuando cumplió tres años su familia se mudó a San Martín, gran Buenos Aires. Tuvo algunos trabajos informales, arrancó la carrera de Comercio Exterior y consiguió empleo en un banco.
Nunca había pensado en ser cura. Cuando tenía veintidós años un amigo lo había invitado a una misión de verano en Monte Chingolo, Lanús, con un grupo de jóvenes de la parroquia. El amigo iba porque una chica que le gustaba.
-Fuimos en busca de novias y acá terminé. Fue una experiencia fuerte para mí, porque era un mes en misión y justo la zona que recorrimos era un asentamiento, esto recién empezaba. Era una experiencia nueva y muy linda compartir la vida y los valores con los pobres- cuenta.
Cuando volvió se acercó a la parroquia de su barrio. Había un cura nuevo. Le dijo “Che, quiero ser cura, quiero vivir toda mi vida así”. El hombre le dijo “Tranqui, podés ser médico, maestro o lo que sea para ayudar a los pobres”. Pero no.
Arrancó el seminario y se recibió el 10 de octubre de 1999. Cinco años después, con tres curas del Agustinos Recoletos dejaron la orden para irse a vivir a Santiago del Estero, lugar al que viajaban a misionar desde hacía algunos años.
La vida en Santiago como cura, como ser humano y como ciudadano lo ha cambiado muchísimo, dice. Han vivido en parroquias rurales. Conoció a la comunidad Tonocoté, comunidades afrodescendientes, descendientes de esclavos, y convive desde ese entonces con comunidades campesinas también.
Con ellos cultivó otro concepto de la tierra, el del pueblo originario y el campesino, “porque en Buenos Aires uno aprende que la tierra es un bien comercial que se compra, se vende, se alambra, se divide en cuadraditos, y esa es la imagen que tenemos de la sociedad rural, el campo y la pampa húmeda. Acá aprendí que hay otra manera de relacionarse con la tierra que no tiene tanto que ver con lo comercial sino con lo existencial”, dice.
-La gente de acá nos fue arrastrando a los curas a entender que la tierra es el lugar de vida y por eso se defiende. “A mí de acá me van a sacar muerto¨, te dicen. Arrasar el monte es arrasar una cultura. El monte es el alma del santiagueño. Es donde ha nacido, donde tiene su rancho, su escuela, su cementerio, el monte es un lugar donde sus animales comen, donde tiene sus remedios caseros, y el alimento de su familia.
Ese conocimiento y la fuerza de sus conciudadanos lo llevó a convertirse en un cura ambientalista. Hace quince años empezaron las reuniones por el peligro de la usurpación de las tierras de parte de los grandes empresarios. Se formó una comisión de tierras parroquial donde al principio se acercaban las familias o algún representante para ver qué hacer con estos conflictos.
-No soy abogado, pero hice un curso de primeros auxilios en cuanto el derecho a la tierra. Tenemos una radio en la parroquia que hemos hecho con mucho esfuerzo en base a la aldea campesina. La idea era tener un medio de comunicación propio donde nosotros podamos decidir qué contenido le queremos poner, que tiene que ver con la toma de conciencia de derechos. Nos ayudó mucho que las comunidades escuchen la radio todo el dia, la gente se fue como apropiando de estos derechos.
Dios, el Papa y el cuidado del medio ambiente
En el 2015 el Papa Francisco escribió una carta encíclica, para todo el mundo, que tiene que ver con “el cuidado de la casa común”. Es una herramienta política que plantea no una ecología verde al estilo Greenpeace, si no una ecología integral, donde toda cuestión ecológica no puede dejar de lado el planteamiento social. Se trata de escuchar al grito de la tierra como el grito de los pobres, como un solo grito. “Este modelo consumista que nos envenena no tiene mucha durabilidad en el tiempo, con todo el tema del agotamiento de los recursos, el calentamiento global, las guerras por los bienes culturales”, dice el cura Raffaelli.
-El papa lo dice claro, este no es el sueño de Jesús. Este no es el proyecto de bien para su pueblo, el suyo es un modelo inclusivo. Y en las reuniones con las comunidades campesinas leemos ese texto. En la multiplicación de los panes y los peces se ve claro. Los discípulos le dijeron a Jesús que le diga a toda la multitud que se vaya, porque no había mucho para comer. Y en el fondo están ahí bien claritos los dos modelos, el de los discípulos que era el modelo judío, que en definitiva es el nuestro, consumista, egoísta, en donde yo tengo para mí y los demás que se jodan. Y el de Jesús, que plantea que lo poquito que hay, hay que repartirlo, y que si se comparte, alcanza para todos. Me parece que ahí está un poco la puja de poderes que se traducen en modelos políticos, sociales, económicos. Con la gente lo debatimos mucho, sobre cómo traducir cuando tenemos que elegir en las elecciones. Aunque sabemos que ningún proyecto político es perfecto, santo, inmaculado, debemos pensar cuál es el que más similitudes tiene con el proyecto de Jesús. Cuál es el que pone a los pobres en el centro, el que piensa en la inclusión de los postergados. Y desde ahí el compromiso de uno. Tomar en serio el mensaje de Jesús tiene que tener una consecuencia social, de no dejar de lado a los descartables de la sociedad, que en esta época son los campesinos, que son despojados de sus tierras.
Reunión bisagra en la Capilla del Bagual
El 26 de diciembre, lograron reunir en la capilla de la virgen de Luján del Bagual, a una fiscal federal, un fiscal de ese departamento judicial, funcionarios y autoridades policiales.
-Siempre quieren poner al cura como el superhéroe. Yo formo parte de la mesa de tierras en la que hay comunidades campesinas que son los protagonistas de la mesa y también participa el INTA con compañeros que trabajan en la zona, la Universidad Nacional de Santiago del Estero a través de la cátedra de Ecología Política, algunos organismos del gobierno, el Comité de Emergencia, entre otros.
La reunión fue bisagra por la gran participación de la comunidad, en su mayoría mujeres, hijas, madres, abuelas, niños y niñas. Los varones que trabajan lo hacen en las fincas de los grandes empresarios. Y cuando se acercan a las reuniones corren el riesgo de ser despedidos.
-Gracias a Dios los dos fiscales, y la policía la federal nos han dado algunas herramientas, sobre todo en lo que tiene que ver con el uso de la tecnología, para pasarles fotos, videos, nombres de las fincas, dueño, fechas, para que cuando vean cualquier movimiento extraño o situaciones cerca de las casas se los transmitan. Después de la reunión se han secuestrado bastantes mosquitos por no estar registrados o por usar algún veneno prohibido. La gente con todo eso se va empoderando y va viendo que, a pesar de que la lucha es muy desigual, cuando la comunidad está organizada los engranajes del Estado y la Justicia van respondiendo por la presión de las comunidades.
Cuando vivía en otra parroquia, hace tres años, la quemaron por un conflicto de tierras. Si bien no tenían pruebas evidentes, todo cerraba, “toda la lectura que hizo la comunidad fue quemaron la iglesia por estar del lado del bien común, pero eso a gente la animó a comprometerse más, ayudaron con lo que podían y la iglesia quedó más linda que antes” cuenta.
Sus vecinos le agradecen constantemente por su compromiso. Raffaelli no tiene miedo a lo que se enfrenta, “Sino estaría encerrado en mi casa, ando con el cuidado que debo tener, cuando voy a visitar las comunidades voy en la camioneta o una motito que tengo ahí, a veces de noche, y no tengo miedo, porque no tengo nada que perder, no tengo hijos, ni familia. Creo que es una riqueza esa libertad interior que uno tiene de darse por completo”.
Gran testimonio de vida .
Tal vez Sandra , si algún día te decidus a ser creyente religiosa , será , seguramente , por historias de vida como esta .
excelente testimonio de lo que logra el compromiso y la organizacion de la comunidad y de las intituciones para enfrentar estas amenazas y tremendos daños a las escuelas y a las familias rurales, felicitaciones al permanente compromiso del padre Sergio, compañero de Laudato Si.
Grosoooo. Necesitamos estos curas que se dan al Pueblo!, Qué se comprometen! Gracias por tu ejemplo. Ésta es Mi Iglesia!!
Sergio Raffaelli es miembro del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres. http://www.curasopp.com.ar
Gracias Sandra sos una excelente Persona. Ojalá tantes bautizados que se dicen creyentes, como los que invaden las tierras de los pobres, tuvieran un cachito de Respeto por La Palabra,la Vida,la Pachamama y los más pobres!!!!
El Cristo en la tierra….con los pobres, los explotados, los campesinos…..los hermanos.m
Padre Sergio
Un orgullo haberlo conocido en su sencillez y en su compromiso religioso y social que en definitiva es lo mismo