Siempre el lenguaje fue una armadura impenetrable para los que no mandaban y obedecían. Hay muchos matices y grados de dignidad entre los que no mandan y los que obedecen. A la lengua se le obedece. Cada vez que alguien sueña con trabajar en blanco y otros son castigados cuando los negrean, es una victoria de la supremacía blanca que modeló la lengua. Y sucede en todas las lenguas. Cada vez que alguien le da la derecha a alguien, la lengua se deja ver esculpida por el poder perenne, la derecha. Sólo interrumpidas en explosiones aisladas de revoluciones y populismos revolucionarios. Lo demás ha sido siempre lo mismo.
La lengua alterada con lo inclusivo es desafiante y molesta, la derecha detesta lo diverso. La derecha liberal es un pavo real que cuando llega al poder se vuelve conservadora. No se ve en la lengua alterada una señal de que ese movimiento profundos de nuestros saberes inconscientes modifica a los sujetos, es no poder captar lo revulsivo que es el inclusivo. A quien escribe, algunas variantes le parecen disparates políticos, como el reemplazo de mujeres embarazadas por personas gestantes, y no porque se deba dejar de nombrar a las personas gestantes. Me parece un error político porque no está acompasado con los tiempos de la sociedad, y una mujer embarazada goza de ser nombrada así. Pero al que no le gusta la pelusa, no le gusta el durazno. Como se decía en la primavera española, apenas muerto Franco y llegado el que la derecha llamó “el libertinaje”, “cuando te sacas la faja las carnes salen pa’ fuera”. Tolerancia. La lengua alterada será siempre una compañera de todas las otras luchas.
Es una nota lúcida, porque ausculta .
Sandra Russo se destaca nitidamente por desbrozar el detrás de escena de todo ; va a la cocina en la que se preparan los ingredientes de la realidad.
Hemos aprendido con ella a analizar , diseccionar ; no quedarnos en la superficie .
El lenguaje inclusivo es profundamente humano porque incorpora a la cotifianeidad a quienes han permanecido durante décadas ocultos ; o han cargado con la vergüenza estigmatizante .
Hemos sido invadides y revictimizades por un imperio , monárquico y conservador : es decir , el clasismo , la estratificacion ; la marginacion, el racismo ha sido intrínseco en la simbologia que modelo al continente originario durante siglos .
Y en lo que respecta a la sustitución de términos para retratar situaciones , y de esa manera hacerlo más potable , digerible o aceptado socialmente , francamente es poco comprensible . Hoy en el canal de cable que vemos, una panelista muy entusiasta al referirse a acusaciones de índole sexual que recaen sobre el actor norteamericano Kevin Spacey dijo » penetracion » y el conductor la corrigió diciendo » abuso sexual con acceso carnal » . Es lo mismo . Las dos especificaciones son descriptivas por demás.
Distinto es » personas gestantes » por » mujer embarazada » . Adhiero a que mujer embarazada es lo correcto y real .
Y la derecha , francamente es indefendible.
Fungen de prístinos , cuando son los más sucios y sucias que puedan existir .
Dar batalla permanente por el sentido es tarea de todos los días.
Nos quieren imponer su brutalidad aplastante .
Lucidas palabras de Sandra Russo, como siempre.
Hay unas observaciones que humildemente me atrevo a hacer.
Trabajar «en blanco» efectivamente hace referencia al valor positivo de lo blanco por asociación de este color a la luz. Su versión opuesta es trabajar «en negro». Lo negro es la oscuridad que evolutivamente vinculamos con el peligro por no poder ver.
No hay que mezclar estos conceptos con el «negreo».
Negrear está ciertamente relacionado con el tratamiento que le damos a una persona similar al que se les da a las personas esclavizadas que en tiempos anteriores eran mayoritariamente de origen africano. Que te «negreen» en el trabajo, no es una alusión despectiva hacia los afro descendientes. Mas bien lo es respecto al empleador al que se lo parangona con el esclavista.
Asimismo, que te den la «derecha» hace referencia a la mano que utilizamos, desde mucho antes de las caracterizaciones ideológicas de derecha e izquierda, para saludar o para sellar un acuerdo o para simplemente mostrar que no vamos armados. Distinto es decir «yo hago todo por derecha, nunca por izquierda». Allí si estamos adscribiendo a una apreciación positiva de la ideología de derechas.
Me tomo la libertad de sugerir que en el futuro se hagan notas como estas tratando giros lingüísticos prediseñados para hacernos decir lo contrario de lo que queremos significar o para neutralizar nuestros discursos. Por ejemplo: «…la manifestación obrera fue reprimida por las fuerzas del orden…» Esta enunciación tiene un valor neutro porque al valor negativo de la represión se le asocia un valor positivo que son las fuerzas del orden. Resultado cero. Distinto es llamar a las cosas por lo que son y decirles a las fuerzas del orden «fuerzas de la represión».
Perdón por la extensión.
Muchas gracias Sandra Russo por su nota y a LM Sejas por su reflexión.