Es una columna para degustarla .
La ficción que se nos inculca, no es la que necesitamos. Como decía una frase » las series son la literatura de finales del siglo XX » . Agrego de todo el siglo XXI . Las personas leen poco . Miran. Vivimos en la sociedad de la imagen .
Las series nos hacen analizar detenidamente la trama , los mensajes que dan , y las actuaciones memorables que suelen regalarnos .
La escritora polaca nos conduce a un tipo de amor , que lo relaciono con la añoranza . La melancolía, la nostalgia, la evocación, que son estadios del alma , que actúan como recreos , nos hacen añorar el tipo de amor soñado . Aquel que deseamos. Aquel que imaginamos bello , perfecto , inmejorable. El el tipo de s.ir que se da en el mundo que no existe.
La columnista , hábil lectora de los tiempos , se percata que el mundo está hambriento de amor; sobremanera , con el mensaje continuo de odio que los mercaderes de la no comunicación derraman a diario, como esos buques petroleros que ocasionan un desastre ambiental .
Necesitamos , porque estamos hambrientos , sedientos , que se nos hable del amor , totalmente desprovisto de los revestimientos marketineros . No nos hace falta San Valentín. Sí se torna imprescindible ir al manantial límpido y fresco del amor , previo encauzamiento , alejando todas sus impurezas .
Urgidos de verdad y amor…. en cantidades siderales .
Sandra me emociona hasta las lágrimas, siempre. Cómo maneja el lenguaje, cómo selecciona los textos, es de una belleza y excelencia especial. En ésta oportunidad no fue la excepción. Gracias
Vamos con ese amor tierno, que claro que se extraña, tanto como se necesita en tantas formas humanas y no.
Es una columna para degustarla .
La ficción que se nos inculca, no es la que necesitamos. Como decía una frase » las series son la literatura de finales del siglo XX » . Agrego de todo el siglo XXI . Las personas leen poco . Miran. Vivimos en la sociedad de la imagen .
Las series nos hacen analizar detenidamente la trama , los mensajes que dan , y las actuaciones memorables que suelen regalarnos .
La escritora polaca nos conduce a un tipo de amor , que lo relaciono con la añoranza . La melancolía, la nostalgia, la evocación, que son estadios del alma , que actúan como recreos , nos hacen añorar el tipo de amor soñado . Aquel que deseamos. Aquel que imaginamos bello , perfecto , inmejorable. El el tipo de s.ir que se da en el mundo que no existe.
La columnista , hábil lectora de los tiempos , se percata que el mundo está hambriento de amor; sobremanera , con el mensaje continuo de odio que los mercaderes de la no comunicación derraman a diario, como esos buques petroleros que ocasionan un desastre ambiental .
Necesitamos , porque estamos hambrientos , sedientos , que se nos hable del amor , totalmente desprovisto de los revestimientos marketineros . No nos hace falta San Valentín. Sí se torna imprescindible ir al manantial límpido y fresco del amor , previo encauzamiento , alejando todas sus impurezas .
Urgidos de verdad y amor…. en cantidades siderales .
Sandra me emociona hasta las lágrimas, siempre. Cómo maneja el lenguaje, cómo selecciona los textos, es de una belleza y excelencia especial. En ésta oportunidad no fue la excepción. Gracias
Vamos con ese amor tierno, que claro que se extraña, tanto como se necesita en tantas formas humanas y no.