Evita, el exceso imperdonable

La contratapa de P/12 de hoy

Hay un dato que hace de marco a una gran historia: la mortalidad infantil pasó de 90 por 1000 en 1943, a 56 por 1000 en 1955. La gran historia se ubica entre esos años, como un período en el que confluyeron multitudes en la experiencia de uno de los primeros Estados de Cuidado conocidos en este lado del mundo.

El desarrollo social se expandía bajo el ala de Perón, con Ramón Carrillo y la Fundación Eva Perón trabajando coordinadamente, amparando a niños y niñas, a ancianos y ancianas, a mujeres solas y mujeres trabajadoras, a huérfanos y estudiantes. Y en el centro estaba ella, cuyo ardor y afán reparador hizo brotar en un puñado de años cientos de Hogares Escuela, Albergues, Hospitales, colonias de vacaciones.

El 22 de agosto se cumplieron 70 años del día en el que ella decidió renunciar a los honores pero no a la lucha, y después de decirlo a la multitud, todavía guardando en secreto su enfermedad, recostó su cabeza en el hombro de su compañero, y sollozó. Nueve días después lo confirmaría por cadena nacional. Como con el presentimiento de un destino trágico que le daría poco tiempo, había trabajado a destajo y con el fanatismo que ella reivindicaba.

Así, fanática, irreverente, grosera y sin clase la habían mirado las damas de la Sociedad de Beneficencia que la visitaron al principio, en esa escena que incluyen todas las películas que hemos visto sobre ella: sobre esa escena es posible imprimir la parábola del Génesis sobre la que tantos autores han trabajado para dar cuenta de los dos modos distintos de ver al otro: la respuesta de Caín a Dios cuando le preguntó por Abel. “No sé. ¿Acaso soy yo el guardián de mi hermano?”.

En esa escena, cuando Evita les dijo a las señoras que hacían galas destinadas a los pobres que los pobres ya no las necesitaban porque tenían al Estado, les estaba diciendo que ella, en nombre del Estado, era la guardiana de sus hermanos y hermanas. Y su Fundación fue el instrumento para desparramar por todo el país, aceleradamente y sólo en una de sus otras responsabilidades, los Hogares para niños que después del golpe, cuando fueron inmediatamente desmantelados, le hicieron decir a Marta Ezcurra, la encargada del borramiento total de aquella experiencia de bienestar infantil, que el trato a los niños y niñas era “excesivo”.

Los niños de los hogares eran provistos de ropa nueva y hecha a medida cada seis meses, y en las alacenas de cada uno de ellos Ezcurra inventariaba vajilla de porcelana y cristalería checa, menúes que incluían carne tres veces por semana, juguetes a granel y todo lo necesario para ese “plus” que a la oligarquía le parecía imperdonable; el odio brotó todavía más al tener el detalle de cómo vivían los huérfanos, porque ese exceso siempre fue el tabú: a los pobres estaba bien darles retazos de lo que ya no servía, o lo estrictamente necesario para la supervivencia. Evita sin embargo dejó ese legado inmaterial que sobrevivió a la feroz destrucción de su obra: su anhelo era dar siempre un poco más.

Todo fue destruido: los colchones y las frazadas fueron quemadas en los patios de los Hogares, delante de los chicos. La cristalería y la vajilla fueron arrojadas al río. La misión era borrarlo todo, hacer de cuenta que eso jamás había ocurrido.

El legado inmaterial, sin embargo, quedó grabado a fuego en la memoria colectiva. La experiencia de la felicidad popular, el Estado yendo ya no a la estadística sino a los cuerpos concretos de varias generaciones que por primera vez gozaron del privilegio de ser los primeros. Evita lo pensó y lo hizo así, con una desmesura proporcional a la injusticia, con ese deseo ciclópeo de reparación del dolor, con esa terquedad que se le hizo pagar incluso después de muerta. Tal era su poder: ella significaba la posibilidad de la alegría que no se contentaba con lo necesario y se abría a más, a darles más, a que la riqueza, instrumentada a través del Estado, derramara por una vez entre los de abajo.

De “damas” como aquellas, emparentadas con los que pocos años después dejaron caer bombas sobre civiles que cruzaban la Plaza de Mayo, proviene el linaje de los que hasta hace muy poco, declaraban con mirada vidriosa que el peronismo en su versión reciente (2003-2015) había “engañado” al pueblo haciéndole creer que trabajadores formales o informales “tenían derecho” a comer lomo, o a comprarse un celular o zapatillas, o a irse de vacaciones. No es que llegó a lograrlo, faltaba. Pero la demanda no era declarada ilegítima, como hace la derecha en cualquier época. Aquellas “damas”, aquella Ezcurra es también Awada hablando de sus donaciones de retazos o Vidal diciendo que nadie que sale de la pobreza llega a la universidad, o Larreta mandando viandas vencidas a los comedores escolares.

Son los mismos. No importa lo que digan, importa lo que son. Hace dos siglos que son los mismos. Los que por un lado creen que la felicidad popular es un “exceso” que debe extirparse de cuajo, y del otro los que, inscriptos en la vertiente social que abrieron Perón y Evita, creen que el Estado se debe a los débiles, y que el poder sólo es útil si sirve para hacerle de guardián al hermano.

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3 comentarios

  1. Es una contratapa formidable.
    Contrasta las dos actitudes que están en lucha , desde que el mundo es mundo .
    Evita fue el trueno , el rayo , el resplandor , la tea incendiaria. Las fuerzas de la antipatria crujieron con ella .
    La miserabilidad , la maldad , y su fruto derivado , la crueldad , es lo de esta gentuza. El papel que le reservó la historia es la de ser Cain , genocidas , antipueblo , dueños de una Patria mancillada por el escarnio .
    Nuestro papel es la lucha constante por un mundo mejor , apoyándonos en mojones, hitos , carteles luminosos que nos guían. Tal vez , Evita sea la más iconica. Lo dio todo en escaso tiempo . Quemó su vida , para que viven otras y otros . Fue una verdadera estadista : trabajó para las generaciones futuras . Las moldeo.

  2. Como se confunde a la sociedad tan fácil en estos tiempos de desamor político y social. Nunca hay que dejar de contar lo que era la Argentina antes del gobierno peronista, aunque hoy muchos maldigan esos años y a algunos se los hagan creer.

  3. me encanto´leer la contratapa, conosco como muchos un poco de historia del siglo pasado y recuerdo que cuando llegue a la Argentina en 1960, ya casi no se hablaba de Peronismo o si sentias algun comentario se trataba de anecdotas chistosas o de recuerdos negativos. Eso sucedia cuando preguntaba algo sobre el peronismo a personas dueñas de empresas o de negocios o a personas que habian mejorado su pasar de pobres a clase media y no entendia porque´esas personas renegaban su pasado peronista y cual era el motivo. Con el tiempo entendi que lo que habia sucedido era el miedo, si el miedo a los militares , a la revolucion
    Libertadora que en los años 60 duraba en el recuerdo de los estragos del 55. Ser peronista fue mala palabra, no hablemos si se era de izquierda o comunista. en el año 65 o 66 calle Carlos Calvo adonde estaba la fabrica Terrabusi me encontraba en un bar comiendo algo cuando veo dos personas corriendocon atras la policia que con pistola en mano los perseguian, Uno de ellos grito´ «mE MATAN PORQUE´SOY COMUNISTA». Con el tiempo y con vario trabajos que tuve, hablando con los obreros, con las obreras, con canillitas, andando por negocios vendiendo, andando por la calle, aprendi que no convenia hablar con desconocidos de ciertos temas, pero aprendi tambien que los que le dieron al pueblo una conciencia politica, los que enseñaron cual era el camino para evolucionar , para mejorar , para salir de la miseria fueron Peron y Evita. Despues vinieron otros merecedores de respetoentre los radicales Frondizi que no pudo hacer todo lo que habia prometido, por el golpe de estado, Ilia, que Tambien fue maltratado por los mismos de siempre, hasta llegar a kichner y a Cristina Fernandez y ahora Alberto Fernandez. Todos fueron tiempos duros de lucha constante pero con logros , con mejoras, con ganas de ir para adelante, hasta que la pestilencia mafiosa de los desconocidos y conocidos de siempre, por errores propios o por no estar preparados a tener que luchar con canallas mentirosos y corruptos ayudados por impresentables de otros paises, se quedaron por cuatro años con el pais. Despues de las dictaduras fue el gobierno mas ruin de la historia Argentina porque´a parte el daño material, lograron un daño casi irreparable, envenenar el cerebro y el alma de muchos argentinos con tacticas estudiadas y usadas en distintos paises del mundo y veremos los resultados. Todo el mundo empeoro´en cuanto a clima, incendios, inundaciones, destrucciones de flora, fauna, del mar oceano, de la atmosfera, de las temperaturas y ahora tambien de la pandemia. Si porque´desde el primer momento hubo competicion no tanto para salvar vidas del genero humano pues el interes mayor fue entre los grandes laboratrios para ganar mas plata y la balanza de la justicia pesa siempre del lado de quien tiene mas dinero.
    No quiero ser del todo negativo, tengo esperanza todavia que la inteligencia de muchos argentinos, prevalga sobre la maldad y el odio de otros que miden a la gente por como se viste o por donde vive olvidando que de barro son y de barro volveran.

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