Confundir y banalizar

Los peripatéticos conatos cambiemitas para confundir en relación a las circulares rojas solicitadas por INTERPOL. Nota de Jorge Elbaum

El último domingo, el diputado de Juntos por el Cambio Waldo Wolff publicó una nota de opinión en el matutino La Nación titulada El quinto atentado. En sus líneas equipara las masacres de 1992 y 1994 –en las que fueron asesinadas 22 y 85 personas, respectivamente– con el Memorándum de Entendimiento con Irán, el suicidio del fiscal Natalio Alberto Nisman y la presencia de un funcionario persa en la asunción presidencial de Daniel Ortega, en Managua.

Para el ex vicepresidente de la DAIA los crímenes de lesa humanidad que produjeron la muerte de 107 personas son asimilables al acto autodestructivo de un operador judicial (Nisman) que traicionó su país servir a los interés de los fondos buitre.

Para Wolff, las 107 víctimas, y sus deudos, son equivalentes –en términos de la tragedia que motivaron– a un convenio interestatal que la justicia argentina evaluó como carente de delito.  

La operación banalizadora del integrante de la Cámara Baja, respecto a su quinto atentado, supera toda imaginería política: culpabiliza a la cancillería argentina de un una decisión soberana tomada por un país extranjero. Cuando el Reino Unido hizo lo propio con otro de los imputados, los cambiemitas locales no elevaron ningún cuestionamiento. Sucede que para sus prenociones ideológicas Managua no es comparable con Londres.

En agosto de 2003 el diplomático iraní Hade Soleimanpour fue detenido en el Reino Unido a partir de la Alerta Roja solicitada por Argentina. En aquella ocasión los tribunales británicos solicitaron al juez José Luis Galeano y al fiscal Natalio Alberto Nisman las evidencias con las que contaba el expediente, con el objeto de gestionar su extradición hacia Buenos Aires. En noviembre de ese año el ministro del Interior David Blunkett informó que Hade Soleimanpour será liberado y que no se procederá al pedido de extradición dado “que no existían pruebas sino informes de inteligencia inconsistentes”. A partir de ese momento INTERPOL dejó sin efecto la Circular Roja contra Soleimanpour.

A pesar de la liberación del imputado por Galeano/Nisman, los dirigentes de la DAIA no repudiaron la decisión de la justicia británica ni la decisión de su ministro del interior. Tampoco exigieron a la cancillería argentina que eleve un protesta formal a Londres. 

En 2011 otro de los prófugos de la justicia argentina, el entonces ministro de defensa iraní, Ahmad Vahidi concurrió a La Paz, Bolivia, como representante del gobierno persa. Las Circulares Rojas no se activaron debido a que el funcionario contaba con la inmunidad diplomática que impide su detención.

La DAIA, en aquella oportunidad, se reunión con Evo Morales en Buenos Aires y el entonces mandatario boliviano se disculpó al afirmar que “los representantes de Irán no los designa el país receptor”.

Las Alertas Rojas son comunicaciones difundidas por INTERPOL que cada país evalúa su relevancia, su pertinencia y su jurisdiccionalidad. En la actualidad existe una Alerta Roja para Fabian «Pepín» Rodríguez Simón –uno de los más relevantes integrantes de la Gestapo macrista–, solicitado por la jueza María Romilda Servini de Cubría.

La decisión de la justicia oriental de omitir la tramitación del pedido de INTERPOL no mereció –por parte de las huestes cambiemitas– ninguna protesta. Montevideo y Londres no son Managua. 

Los intentos de la derecha local –súbditos de la política exterior de Washington– carecen de límites ecuánimes a la hora de horadar al gobierno de lxs Fernández: pueden banalizar con ligereza la causa del asesinato de 107 personas y al mismo tiempo intentar confundir a la  sociedad sobre la potestad que poseen las Circulares Rojas. La tradición marxista –de la línea Groucho­– dejó fraseologías dignas de ser divulgadas en varios de los cursos posdoctorales de Ciencias Políticas: “puede parecer un necio, exhibirse como necio y actuar como un necio. Pero no se deje usted engañar: la hipótesis está validada. Es realmente un necio.”  

El panelista de LN+ Waldo Wolff brinda la primicia de su quinto atentado y los propagandistas (empleados de Mauricio Macri) quedan azorados
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Un comentario

  1. En el último programa de Jugo de Limón , el viernes pasado , Jorge Elbaum expresó públicamente que su misión es desenmascarar, exponer a quienes conforman la DAIA .
    Se me ocurre en este instante que es una gran labor , por tratarse de alguien de origen judío que no comparte en absoluto el accionar político de quienes son judíos de derecha
    Es realmente inadmisible el desparpajo e insolencia con el que se mueven personajes de la DAIA , quienes abiertamente actúan como un grupo paraestatal del Estado de Israel .
    Exigen explicaciones , hostigan , intimidan , aleccionan , como si estuvieran investidos de una suerte de investidura diplomática que les otorgan poderes supranacionales.
    Es vergonzoso que osen opinar sobre cuestiones internas del Estado argentino , cuando carecen por completo de autoridad para hacerlo .
    El último episodio bochornoso sobre lo ocurrido en Nicaragua, hace ya imposible de tolerar a este extraviado de WW . No tiene ni ton ni i son lo que plantea este botarate . Es realmente desopilante
    Además, lo hace en La Nación, histórico pasquín de la oligarquía rural cleptomana de la Argentina, y aquí lo más importante: abiertamente judeofobica
    Hay dos sectores claramente judeofibicos en la Argentina : el campo ( dueño de la Nazion y Clarin ) y los militares.
    O sea , que a estos miserables de la DAIA , la Shoa únicamente les interesa cuando coincide con sus intereses económicos y políticos . Ponen énfasis con lo sucedido en Nicaragua, pero atenúan el término y la connotación de Gestapo , cuando aparece en boca de un ministro de su manada .
    Es realmente indignante.

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