Atracción Troska, o Por ahí nos cruzamos

Ilustración Gio Fornieles

-¿Pero entonces vos sos troska?

-No soy troska.

-Pero algo de troska…

-Soy medio troska.

-Ah… ¿Y cuál sería la parte no troska tuya?

-La que vota al peronismo en segunda vuelta, tapándome la nariz, pero lo voto, con tal de que no esté Macri. 

-¿No te gusta el peronismo?

-¿Cómo me va a gustar? El peronismo lo único que hace es profundizar el consumo. Y yo creo que es al revés, que hay que consumir cada vez menos, el planeta no da para más.

-Bueno, en el peronismo ese es un debate…

-Al final son todos iguales.

-…abierto y muy interesante. Pero votás para que no vuelva una parte de los que decís que son iguales. Si son iguales debería ser lo mismo quién gana las elecciones ¿no?

-Lo único que quieren los políticos de todos los partidos es acumular poder, y juntar plata.

-Los políticos troskos me imagino que no.

-Obvio que no.

-Pero las fotocopias es un lindo curr…

-¿Que decís, ¿qué te pasa? 

-Bueno bueno. Que me pregunto porque no consiguen algún país donde aplicar política troska para ver si funciona. Una lástima que no los voten en ningún lado.

-El mundo no está todavía preparado para una verdadera revolución. 

-Esa es la parte troska que habla, definitivamente.

-No me hinches las pelotas querés.

-Bueno bueno, quería saber porque…

-No te das cuenta que una millonaria no puede tener ideales. ¿Cómo hizo la plata? ¡Robando!

-Bueno, no sé, habría que…

-Se viste con vestidos carísimos, se compra carteras carísimas, se hace cirugías estéticas carísimas, y así seduce a un montón de pelotudos y pelotudas y pelotudes, como vos.

-Ah ok. Esa definitivamente es la parte troska, no me digas que no.

-¡No soy troska te dije!

-Dale….

-Mirá, Olvidáte. No me acuesto con descerebrados.

-Ah! ¿Cómo sabés que yo quería…  eso. Bueno, pero es normal ¿no? ¿Seguro no querés? A mí, la verdad, me dan como ganas. Aunque sea con la parte que es medio no troska. Con la mitad me conformo. 

-A mí también me daban, pero se me fueron hace 10 minutos cuando empezaste a hablar boludeces. 

-Viste como somos los hombres… siempre hablamos boludeces, seguro estas acostumbrada. ¿Y si esperamos un rato? Nos tomamos otra cerveza, hablamos de otra cosa, de Ucrania, ah no, del FMI, ah no tampoco…  Está fresco ¿no? Por ahí con otra cerveza se te pasa. Y no hablamos más de política.

-No me alcanza la plata para otra cerveza.

-Te invito.

-Claro, me querés comprar con una cerveza del orto, te pensás que porque me pagues la cerveza te voy a perdonar y me voy a acostar con vos.

-Si voy a ser sincero, lo segundo podría ser que lo haya pensado. … ¿Pero perdonar de qué?

-De que seas un pelotudo.

-Ah, es mi naturaleza, yo no decido ser pelotudo. Soy así. Vos tenés tu naturaleza troska, o medio troska, y yo mi naturaleza pelotuda completa. Son visiones distintas del mundo. Está la visión troska, o medio troska, y está la otra, la visión completa de los pelotudos completos. Pero nada indica que no podamos tener un revolcón de visiones mientras el pueblo se va preparando para hacer la verdadera revolución. ¡Y por ahí me convences y me convierto al troskismo! ¿Quién sabe? Entre las sábanas soy reconvencible, entre otras cosas de las que no quiero alardear. 

 -Mirá, ¿sabés que podés hacer con tu visión pelotuda del mundo?

-No… pero me lo puedo imaginar. 

-Me fui. Acá tenés mi parte. Las papas fritas te las comiste todas vos, así que pagálas vos.

-Yo te vi comer algunas, bastantes en realidad, pero no importa. Creo que comiste más que yo.

-Sos realmente un pelotudo. Chau. 

-¿Te llamo mañana? Pará, no te vayas ¿Vamos a algún lado, te gusta el teatro?  ¡Pará!  No querés que te… acompañe… Bueno… tal vez nos encontramos el 24. Vas el 24 ¿no? Por ahí nos cruzamos. ¿Dónde se juntan ustedes? Ah… bueno… ok, chau. Por ahí nos cruzamos.

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