Para tener la chance de volver a enamorarnos de una identidad política llamada kirchnerismo, la situación límite del país nos obliga primero a enamorarnos de crear una mayoría aplastante. Creo que es con esa disposición que habrá que militar para generar la empatia política necesaria. Con el goce y la fuerza de ser mayoría.
Una mayoría aplastante
corto y al pie