Una pequeña ciudad del Valle del Cauca, fundada en el siglo XVI en Colombia. Una tradición europea trasplantada a Sudamérica por señoras que bordaban sus ricos ajuares y difundida al resto del pueblo por las monjas que educaban a las niñas.
Esas niñas, en su mayoría mestizas, toman los diseños geométricos de origen andaluz, realizados en color blanco o crudo y los reformulan, adaptándolos a su sentir. Las volutas, las rectas, las espirales, se llenan de color. Los hilos de bordar, que generalmente se importan de Francia, no sólo tienen una infinita gama de colores plenos, también vienen en gamas matizadas, donde la hebra pasa sutilmente de un color a otro. Esos hilos conectan las franjas de tela, las cintas, los galones…
Un Universo nuevo, de formas y colores. Los colores de Colombia
Hacia 1960, las mujeres deciden convertir su arte en un recurso que logre mejorar su economía. Surgen los talleres, los colectivos de ventas y finalmente la Ruta del Bordado, brindando al turismo una posibilidad más de disfrute. . . Había nacido el “Bordado de Cartago”, una tradición que comenzó en 1560 y tiene nueva vida.
Blusas, vestidos, faldas, camisas… se lucen en las pasarelas de la Alta Moda Colombiana.
Desde hace años, se incluyen hombres entre los artesanos.
¡Larga vida a los bordadores y bordadoras de Cartago!
Gracias a la diseñadora Diana Carolina Aconcha y a https://bordadosrita.com
Bella nota.
Colombia se destaca por varias actividades creativas .
fascinante este articulo de susana larrambebere, como nos tiene acostumbrados
nos transporta a lugares maravillosos
y conocer parte de nuestra sudamerica, a veces olvidada
Extraordinario artículo nos invita a conocer mas sobre esos hermosos bordados.Gracias Susana Larrambebere por enseñarnos un poco sobre ellos
Excelente Artículo de Difusión de nuestra Cultura Americana. En profundidad y pluma excelente. Recomiendo su lectura.
Gracias Su! Un lujo el artículo y los bordados de Cartago, hasta ahora desconocidos por mi.