Quienes no hayan temblado con su voz no van a entender de ardores barriales ni comprender risas gigantes de esquina, No van a descifrar conmovedoras lágrimas atragantadas (por sensibilidades descomunales) ni sentirse hermanadxs con lxs humildes de una Patria que cobija tristezas ancestrales y furias proféticas.
No van a verse atravesados por madrugadas de ningún tren, en tiempos donde el frío hace malabares de fin del mes junto a la aritmética del presentismo.
No escucharán nunca su desafío con jirones.
No se conmoverán con la esperanza de Victorias adeudadas. No sabrán de dignidades recuperadas. Ni serán capaces de entender qué significa entregar la vida por lxs otrxs.
No memorizarán proclamas certeras ni comprenderán la fortaleza de millones de pisadas en las calles
No se quedarán extasiados como niñxs viendo por primera vez una pelota o una bicicleta. Ni saltarán (como nosotrxs) en las calles, ni llorarán amores de discursos, ni sentirán felicidades de pueblitos postergados.
No conocerán –en su vida– ninguna consigna clavada en la memoria de sus ojos. Ni serán capaces de emocionarse con despedidas humanas de seres profundos, brillantes en esta inmensidad del mundo repleta de amor indecible.
No sentirán nada –estarán vacíos: desiertos, muertos de historia– serán huérfanos de abrazos solidarios.
Menos mal, compañerxs, que nuestros corazones no son ciegos. jne
Hoy se cumplen 103 años del nacimiento de Eva Duarte, de su vida se pueden rescatar y recordar muchas anécdotas, acciones y discursos, personalmente prefiero recordar solo tres palabras que, de haber sido escuchada, hoy, seguramente no estaríamos padeciendo esta tragedia: FUSILALOS JUAN, FUSILALOS !!!!